24/6/10

Catacumbas de Santa Tecla


Son de finales del siglo IV

Descubren en las Catacumbas de Santa Tecla los iconos más antiguos de los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Juan
En las Catacumbas de Santa Tecla, un cubículo que parecía ser una tumba de una noble mujer ha sido el lugar de un importante hallazgo de la arqueología sacra: se trata de las figuras más antiguas (fines del siglo IV) de los apóstoles Pedro, Pablo, Andrés y Juan. El descubrimiento fue presentado oficialmente ayer en una rueda de prensa presidida por el presidente de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra y presidente del Pontificio Consejo para la Cultura, monseñor Gianfranco Ravasi.

23/06/10 8:44 AM Imprimir Enviar

(Zenit/InfoCatólica) El cubículo, que parecía una simple planta cuadrada con tres arcos, contenía las pinturas más antiguas de los apóstoles. El descubrimiento fue revelado después de dos años de investigaciones y anunciado el año pasado en L’ Osservatore Romano.

Las catacumbas de Santa Tecla se encuentran en la via Ostiense de Roma, a 500 metros de la basílica San Pablo Extramuros. Los descubrimientos fueron realizados gracias a la tecnología láser, que fue usada por primera vez por los restauradores en un ambiente angosto, extremadamente húmedo, para eliminar la gruesa capa de cal que cubría las pinturas.

Barbara Mizzei, responsable del trabajo, dijo que éste se hizo sin prisas, “en un momento particular” en el que “no teníamos ninguna situación de urgencia”. Explicó que la concentración de cal que cubría los rostros de los apóstoles “fue levantada sin tocar la película pictórica” debido a que la humedad permitía al láser “tocar la acumulación calcárea”, que “se transformaba y se vaporizaba, provocando una especie de pequeña explosión que permitía desprenderla”.

Mazzei explicó que “el laser puede ajustarse para quitar colores determinados, en este caso el blanco de la cal, que es el que se retira. Lo hemos usado anteriormente para encontrar colores ocultos, pero su utilidad aquí ha sido excepcional”. En efecto, “ya conocíamos imágenes tempranas de S. Pedro y S. Pablo en otras pinturas, pero todas las imágenes conocidas de S. Andrés y S. Juan eran de mediados del siglo V”, dijo la experta. Destacó que “El rostro juvenil de S. Juan es normal; en cambio, es el retrato de S. Andrés más joven que he visto, muy distinto del hombre mayor con pelo y barba gris que vemos en la pintura medieval”.

Contexto histórico
Al parecer el cubículo que tenía estas figuras, servía como tumba de una mujer de la aristocracia romana que vivió a finales del siglo IV, cuando en Roma se realizaban los últimos intentos de defender el paganismo, en tiempos del emperador Teodosio (345-379), décadas después de que Constantino aceptara el cristianismo como religión oficial del Impeiro.

Era el tiempo en el que la fe llegó los más altos niveles de la jerarquía del Imperio Romano, y las mujeres piadosas y las vírgenes de la aristocracia romana prometieron dar culto a los apóstoles y a los mártires, en la época del papa Dámaso I (366-384). En efecto, según monseñor Gianfranco Ravasi, la presencia de los apóstoles en este sepulcro “evoca una especie de devoción y de protectorado alternativo respecto al de los mártires romanos quienes, en cualquier caso, aparecieron en las tumbas de las familias”.

La Pontificia Comisión de Arqueología Sacra
Por su parte, monseñor Giovanni Carrú, secretario de la Pontificia Comisión de Arqueología Sacra, señaló que estos trabajos “han devuelto tanto a los expertos como a los visitadores un patrimonio iconográfico muy importante para reconstruir la historia de la comunidad cristiana de Roma, que, con las pinturas que decoran sus cementerios, expresan su cultura, su civilización y su fe”.

La Pontificia Comisión para la Arqueología Sacra fue instituida por el papa Pío IX en 1925, para la conservación y restauración de las catacumbas cristianas. Desde hace unos 20 años viene realizando la recuperación del patrimonio pictórico conservado en las Catacumbas.

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