31/1/10

4º Domingo T.O.(Juan Bosco)

Domingo 31 de Enero de 2010

4º domingo de tiempo ordinario


Santoral: Juan Bosco

Martirologio y efemérides latinoamericanos: 31.1.1980: Masacre de 40 quichés en la Embajada de España en Guatemala. María Ramírez, Gaspar Viví y Vicente Menchú, mártires en El Quiché.


Comentarios a las lecturas de esta semana

Dibujo de Cerezo para el día de hoy

Jeremías 1, 4-5. 17-19

Te nombré profeta de los gentiles

En los días de Josías, recibí esta palabra del Señor: "Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré:

te nombré profeta de los gentiles.

Tú cíñete los lomos, ponte en pie y diles lo que yo te mando.

No les tengas miedo, que si no, yo te meteré miedo de ellos.

Mira; yo te convierto hoy en plaza fuerte, en columna de hierro, en muralla de bronce, frente a todo el país:

frente a los reyes y príncipes de Judá, frente a los sacerdotes y la gente del campo.

Lucharán contra ti, pero no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte." Oráculo del Señor.

Salmo responsorial: 70

Mi boca contará tu salvación, Señor.

A ti, Señor, me acojo: no quede yo derrotado para siempre; tú que eres justo, líbrame y ponme a salvo, inclina a mí tu oído, y sálvame. R.

Sé tú mi roca de refugio, el alcázar donde me salve, porque mi peña y mi alcázar eres tú, Dios mío, líbrame de la mano perversa. R.

Porque tú, Dios mío, fuiste mi esperanza y mi confianza, Señor, desde mi juventud. En el vientre materno ya me apoyaba en ti, en el seno tú me sostenías. R.,

Mi boca contará tu auxilio, y todo el día tu salvación. Dios mío, me instruiste desde mi juventud, y hasta hoy relato tus maravillas. R.

1Corintios 12, 31-13, 13

Quedan la fe, la esperanza, el amor; la más grande es el amor

Hermanos: Ambicionad los carismas mejores. Y aún os voy a mostrar un camino excepcional.

Ya podría yo hablar las lenguas de los hombres y de los ángeles; si no tengo amor, no soy más que un metal que resuena o unos platillos que aturden.

Ya podría tener el don de profecía y conocer todos los secretos y todo el saber, podría tener fe como para mover montañas; si no tengo amor, no soy nada.

Podría repartir en limosnas todo lo que tengo y aun dejarme quemar vivo; si no tengo amor, de nada me sirve.

El amor es paciente, afable; no tiene envidia; no presume ni se engríe; no es mal educado ni egoísta; no se irrita; no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

Disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites, aguanta sin límites.

El amor no pasa nunca.

¿El don de profecía?, se acabará. ¿El don de lenguas?, enmudecerá. ¿El saber?, se acabará.

Porque limitado es nuestro saber y limitada es nuestra profecía; pero, cuando venga lo perfecto, lo limitado se acabará.

Cuando yo era niño, hablaba como un niño, sentía como un niño, razonaba como un niño. Cuando me hice un hombre acabé con las cosas de niño.

Ahora vemos confusamente en un espejo; entonces veremos cara a cara. Mi conocer es por ahora limitado; entonces podré conocer como Dios me conoce.

En una palabra: quedan la fe, la esperanza, el amor: estas tres. La más grande es el amor.

Lucas 4, 21-30

Jesús, como Elías y Eliseo, no es enviado sólo a los judíos

En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: "Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír."

Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios.

Y decían: "¿No es éste el hijo de José?"

Y Jesús les dijo: "Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún."

Y añadió: "Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel había muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, mas que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, mas que Naamán, el sirio."

Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo.

Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

30/1/10

EWTN Febrero 2010

EVENTOS ESPECIALES (todos hora del este de EEUU)
Para ver toda la programación presione aquí

Santa Misa en honor de la canonización de San Damián de Molokai

Desde la Basílica Nacional de la Inmaculada Concepción, Celebrada por su excelencia el Arzobispo Pietro Sambi, Nuncio Apostólico en los Estados Unidos, homilía por el reverendo William Petrie.

América del Norte Hispana:
domingo 31/1 2PM

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SANTA MISA POR LA PRESENTACION DEL SEñOR EN EL TEMPLO

Celebremos con la Iglesia Universal la Fiesta de la Presentación del Señor con la Misa presidida por el Papa Benedicto XVI, en Vivo desde Roma.

América Latina y España:
martes 2/2 7PM


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MISA SOLEMNE DE MIÉRCOLES DE CENIZA CON LOS MISIONEROS FRANCISCANOS DE LA PALABRA ETERNA

Celebremos con los MFVA la Solemnidad del Miércoles de Cenizas.

América Latina y España:
miércoles 17/2 8AM

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MISA SOLEMNE DE MIÉRCOLES DE CENIZA DESDE ROMA

Participe de la Misa de Miércoles de Ceniza, presidida por el Papa Benedicto XVI, con la que la Iglesia Universal da inicio al tiempo de Cuaresma.

América Latina y España:
miércoles 17/2 10:30AM y 10PM

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PROGRAMAS ESPECIALES (todos hora del este de EEUU)
Para ver toda la programación presione aquí
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LA LEYENDA DEL GRIAL

Este documental explica, a través de testimonios de investigadores españoles y alemanes, las razones que permiten afirmar que el Santo Grial que se venera en la Catedral de Valencia es el mismo con el que Jesús
instituyó la Eucaristía.

América Latina y España:
dom 24/1 8PM, lun 25/1 9AM,
vier 29/1 4AM y sáb 30/1 3PM

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BROCHERO, UN CAMINO ENTRE LAS SIERRAS

Este programa relata la vida y espiritualidad del Cura Brochero, sacerdote argentino que ayudó en la construcción de varias parroquias y promovió los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola.

América Latina y España:
lun 1º/2 1AM, miérc 3/2 7PM,
jue 4/2 9AM y sáb 6/2 3AM


29/1/10

Juan Pablo II puso por escrito su voluntad de renunciar en caso de enfermedad incurable




Juan Pablo II puso por escrito su voluntad de renunciar al Pontificado en caso de padecer una "enfermedad incurable" que le impidiera "ejercitar suficientemente las funciones" de Papa, según revela el postulador de su causa de beatificación, Slawomir Oder, en el libro 'Porqué es santo', que saldrá mañana a la venta.

El difunto Papa escribió esta disposición en 1989 aunque puso la decisión final en manos de los máximos responsables del colegio cardenalicio, empezando por su decano, el entonces cardenal Joseph Ratzinger.

En otra carta fechada en 1994, Karol Woytila explicaba que, "después de haber rezado y reflexionado mucho" había considerado el deber de "seguir las disposiciones y el ejemplo de Pablo VI, quien, planteándose el mismo problema, juzgó que no podía renunciar al mandato apostólico sino en presencia de una enfermedad incurable o de un impedimento tal que obstaculizara el ejercicio de las funciones del sucesor de Pedro".

"Aparte de esta hipótesis, considero como una grave obligación de conciencia el deber de seguir desempeñando la tarea a la que Cristo Señor me ha llamado hasta que él, según los misteriosos diseños de su Providencia, quiera", agregó.

Además de estos detalles, Oder confirma que Juan Pablo II solía infligirse mortificaciones corporales y, en concreto, que se flagelaba, además de seguir duros ayunos, sobre todo, durante la Cuaresma, o de dormir en el suelo.

Para que sus colaboradores no se percataran de esto último, Oder recuerda que el Pontífice solía deshacer la cama para simular que había dormido en ella. Lo que sí oían algunos de ellos eran los azotes que el Pontífice se propinaba "tanto en Polonia como en el Vaticano.

"En su armario, entre las sotanas, tenía colgado un particular cinturón para los pantalones que utilizaba como una fusta y que hacía que se la llevaran siempre también a Castel Gandolfo", donde está situada la residencia veraniega del Papa, detalla el postulador.

Perdón a Agca

Juan Pablo II perdonó públicamente a Ali Agca en 1983, luego de que el turco le disparara en la Plaza de San Pedro. Sin embargo, un nuevo libro revela que el Papa excusó al hombre poco después de que él le disparara en la Plaza de San Pedro.

Según escribe el monseñor Slawomir Oder en "Por qué él es un santo", Juan Pablo II pensó en perdonar públicamente a Agca mucho antes.

En un discurso que escribió, el Pontífice sostiene que "la posibilidad de pronunciarlo antes (el perdón) -en la ambulancia que me llevó del Vaticano al hospital Gemelli donde se realizó la primera y decisiva cirugía- lo considero el fruto de una gracia particular dada a mí por Jesús".

Ali Agca fue liberado la semana pasada tras pasar décadas en la cárcel por el intento de asesinato de Juan Pablo II y la muerte de un periodista turco.

El libro, que busca probar que Juan Pablo II fue un santo, contiene los testimonios de 114 personas y cajas de documentación de la vida del Papa. Según el texto, el Pontífice no dio a conocer públicamente antes su perdón a Agca por "prudencia" ante la investigación criminal que se llevó a cabo sobre el ataque.

Actualmente el Vaticano estudia un milagro atribuido a Juan Pablo II para determinar si debe ser beatificado. Se estima que el visto bueno será entregado en octubre próximo.

En "Por qué él es un santo" monseñor Oder revela también que el Papa practicaba constantemente la autoflagelación y se golpeaba con un cinturón, incluso en vacaciones. Además, solía dormir desnudo en el suelo como un acto de penitencia.

28/1/10

Nuevo Arzobispo de Oviedo

Visita 8000
Radio María transmitirá
el 30 de enero a las 11:45h la

TOMA DE POSESIÓN DEL NUEVO ARZOBISPO DE OVIEDO

don Jesús Sanz Montes

Nos alegra comunicarte que Radio María estará próximamente de visita en Asturias con motivo de la próxima toma de posesión de Monseñor Jesús Sanz Montes, como obispo de tu diócesis. Será el próximo sábado 30 de enero y Radio María lo retransmitirá.

Radio María quiere unirse a la alegría de la iglesia diocesana de Asturias y quiere tener la oportunidad de encontrarse con vosotros. Por eso queremos invitaros a acompañarnos el próximo viernes 29 de enero de 15:00 a 16:00 horas en el programa “Entre amigos”, y en el que me acompañará el Padre Esteban Munilla. También contaremos con la transmisión en directo del programa “Compendio del Catecismo” que todas las tardes dirige el Padre José Miguel Marqués desde Gijón, y que se trasladará hasta Oviedo para hacer el programa en directo desde la sede del voluntariado de Radio María en Asturias, donde te esperamos.

Recuerda: Viernes 29 de enero de 15:00 a 18:00h

En la Parroquia de San Francisco de Asís, Plaza de la gesta s/n de Oviedo

Mons. Jesús Sanz Montes, hijo de Jesús y de Mariana, nació en Madrid el 18 de enero de 1955. Tras los estudios de bachillerato, realiza los correspondientes en economía y derecho mercantil simultaneándolos con una experiencia laboral en el mundo de la banca privada hasta 1975. Ingresa en el Seminario Conciliar de Toledo en 1975 donde realiza los estudios institucionales teológicos (1975-1981). En 1981 ingresa en la Orden Franciscana, Provincia de San Gregorio Magno de Castilla, haciendo la profesión temporal el 11 septiembre de 1982 en Arenas de San Pedro (Ávila) y la profesión solemne el 14 de septiembre de 1985 en Toledo. Recibe la ordenación diaconal el 27 de septiembre de 1985 en Ávila, la ordenación sacerdotal el 20 de septiembre de 1986 en Alcorcon (Madrid), y la ordenación episcopal el 14 de diciembre de 2003 en la Catedral de Huesca. Tomará posesión del arzobispado de Oviedo el 30 de enero.

27/1/10

Conversión de San Pablo

La conversión de San Pablo
Fiesta Litúrgica, 25 de enero
La conversión de San Pablo
La conversión de San Pablo

Fiesta Litúrgica

Martirologio Romano: Fiesta de la Conversión de san Pablo, apóstol. Viajando hacia Damasco, cuando aún maquinaba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, el mismo Jesús glorioso se le reveló en el camino, eligiéndole para que, lleno del Espíritu Santo, anunciase el Evangelio de la salvación a los gentiles. Sufrió muchas dificultades a causa del nombre de Cristo.

Pablo, llamado Saulo en el uso y rigor judío, afirmaba con vehemencia que el Evangelio que predicaba no lo había aprendido o recibido de los hombres.

Perteneció a la casta de los fariseos. Había nacido en Tarso, ciudad que pertenecía al mundo grecorromano; quien nacía allí tenía la categoría de ciudadano romano y lo era tanto como el centurión, el procurador, el tribuno o magistrado. Necesariamente, por ser judío no le cupo más suerte en la niñez que andar disimulando su condición entre los demás del pueblo, ocultando su creencia, tenida como superstición por los paganos romanos. Es posible que esto le fuera encendiendo por dentro y le afirmara aún más en su fe, cuando iba creciendo en edad y tenía que defenderse marchando contra corriente.

Era más bien bajo, de espaldas anchas y cojeaba algo. Fuerte y macizo como un tronco. Un rictus tenía que le hacía fanático. Conocía los manuscritos viejos escritos con signos que a los griegos y a los romanos les parecían garabatos ininteligibles, pero que encerraban toda la sabiduría y la razón de ser de un pueblo. Listo como un sabio en las escuelas griegas de Tarso, familiarizado con los poetas y filósofos que habían pasado el tiempo escribiendo en tablillas o pensando. Para los griegos solo era un hebreo, miembro de aquellas familias que vivían en un islote social, aislado entre misterios inaccesibles a los de otra raza, uno de los que tenían prohibido el acceso a las clases cultas y dirigentes; era de esos que se hacían despreciables por su puritanismo, por sus rarezas ante los alimentos, su modo de divertirse, de casarse, de entender la vida, de no asistir a los templos ¡un ambiente nada claro!

A los dieciocho años se fue a Jerusalén para aprender cosas del judío verdadero, las de la Ley patria, la razón de las costumbres; ansiaba profundizar en la historia del pueblo y en su culto. Gamaliel lo informó bien por unos cuartos. Aprendió las cosas yendo a la raíz, no como las decía la gente poco culta del pueblo sencillo y llano. Supo más y mejor del poder del Dios único; aprendió a darle honra y alabanza en el mayor de los respetos y malamente soportaba con su pueblo el presente dominio del imponente invasor. Esto le ponía furioso. Los profetas daban pistas para un resurgimiento y los salmos cantaban la victoria de Dios sobre otros pueblos y culturas muy importantes que en otro tiempo subyugaron a los judíos y ya desaparecieron a pesar de su altivez; igual pasaría con los dominadores actuales. El Libertador no podría tardar. Mientras tanto, era preciso mantener la idiosincrasia del pueblo a cualquier costa y no ser como los herodianos, para que la esperanza hiciera posible su supervivencia como nación. No se podía dejar que un ápice lo apartara de la fidelidad a las costumbres patrias. Eso le hizo celoso.

Y mira por donde, aquella herejía estaba estropeando todo lo que necesitaba el pueblo. Locos estaban adorando a un hombre y crucificado. No se podía permitir que entre los suyos se ampliara el círculo de los disidentes. Había que hacer algo. No pasaban, sino que las noticias decían que estaban por todas partes como si se diera una metástasis generalizada de un cáncer nacional. Hacía años que ya estuvo, colaborando como pudo, en la lapidación de uno de aquellos visionarios listos, serviciales, piadosos y caritativos pero que hacían mucho daño al alto estamento oficial judío; fue cuando lo apedrearon por blasfemo a las afueras de Jerusalén, y lastimosamente él sólo pudo guardar los mantos de los que lo lapidaron. Hasta le parecía recordar aún su nombre: Esteban.

Su conversión fue en un día insospechado. Nada propiciaba aquel cambio. Precisamente llevaba cartas de recomendación de los judíos de Jerusalén para los de Damasco; quería poner entre rejas a los cristianos que encontrara. Hasta allí se extendía la autoridad de los sumos sacerdotes y principales fariseos; como eran costumbres de religión, los romanos las reconocían sin hacerles ascos. Saulo guiaba una comitiva no guerrera pero sí muy activa, casi furiosa, impaciente por cumplir bien una misión que suponían agradable a Dios y purga necesaria para la estabilidad de los judíos y para proteger la pureza de las tradiciones que recibieron los padres. Aquello parecía la avanzada de un ejército en orden de batalla, con el repiqueteo de las herraduras en las pezuñas de las monturas sobre el duro suelo de roca ante Damasco donde caracoleaban los caballos. Llevaban ya varios días de caminata; se daban por bien empleados si la gestión terminaba con éxito. Iba Saulo "respirando amenazas de muerte contra los discípulos del Señor". En su interior había buena dosis de saña.

"Y sucedió que, al llegar cerca de Damasco, de súbito le cercó una luz fulgurante venida del cielo, y cayendo por tierra oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Dijo: ¿Quién eres, Señor? Y él: Yo soy Jesús, a quien tú persigues. Pero levántate, y entra en la ciudad y se te dirá lo que has de hacer. Y los hombres que le acompañaban se habían detenido, mudos de espanto, oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Se levantó Saulo del suelo y , abiertos los ojos, nada veía. Y llevándole de la mano lo introdujeron en Damasco, y estuvo tres días sin ver, y no comió ni bebió" (Act. 9, 3-9).

Tres días para rumiar su derrota y hacerse cargo en su interior de lo que había pasado. Y luego, el bautismo. Un cambio de vida, cambio de obras, cambio de pensamiento, de ideales y proyectos. Su carácter apasionado tomará el rumbo ahora marcado sin trabas humanas posibles _su rendición fue sin condiciones_ y con el afán de llevar a su pueblo primero y al mundo entero luego la alegría del amor de Dios manifestado en Cristo.

El relato es del historiador Lucas, buen conocedor de su oficio. Se lo había oído veces y veces al mismo protagonista. No hay duda. Vió él mismo al resucitado; y lo dirá más veces, y muy en serio a los de Corinto. Por ello fue capaz de sufrir naufragios en el mar y persecuciones en la tierra, y azotes, y hambre y cárcel y humillaciones y críticas, y juicios y muerte de espada; por ello hizo viajes por todo el imperio, recorriéndolo de extremo a extremo. Y no creas que se lamentaba; le ilusionaba hacerlo porque sabía que en él era mandato más que ruego; el dolor y sufrimiento más bien los tuvo como credenciales y las heridas de su cuerpo las pensaba como garantía de la victoria final en fidelidad ansiada.

Entre tantas conversiones del santoral, la de Pablo es ejemplar, paradigmática. Más se palpa en ella la acción divina que el esfuerzo humano; además, enseña las insospechadas consecuencias que trae consigo una mudanza radical.

26/1/10

San Francisco de Sales


San Francisco de Sales
Doctor de la Iglesia, Obispo (siglo XVII)

ID Santopedia:
4936
Nombre:
Francisco
Significado:
El francés, del Italiano
Género:
Masculino

Fiesta:
24 de Enero
Nacimiento:
21 de Agosto de 1567. Sales, Saboya, Francia
Muerte:
28 de Diciembre de 1622. Lyon
Proceso:

Fue beatificado el 1662 por Alejandro VII
Fue canonizado el 1665 por Alejandro VII

Es el patrono de los periodistas. Fue un escritor nacido en el año 1567 en Saboya que buscaba la transmisión de la verdad evangélica. Durante su infancia su madre le narraba el Catecismo y a los 14 años ingresó en la Universidad de París. Destacó en retórica y filosofía, se entregó al estudio de Teología y se consagró a Dios. A los 24 años obtuvo el Doctorado en Leyes y en 1593 fue ordenado sacerdote. Predicó por muchas ciudades y participó en la reconquista del Chablais. En esta ardua tarea comenzó su carrera de escritor elaborando una serie de panfletos de la Doctrina de la Iglesia. Gracias a su labor el número de conversiones aumentó y restableció la fe Católica en la provincia. Ocupó el cargo de Obispo de Ginebra durante 21 años y murió en 1622. Su última palabra fue el nombre de Jesús.
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Vida y milagros de San Francisco de Sales

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San Francisco nació en el castillo de Sales, en Saboya, el 21 de agosto de 1567. Fue bautizado al día siguiente en la Iglesia parroquial de Thorens, con el nombre de Francisco Buenaventura. Durante toda su vida sería su patrono San Francisco de Asís. El cuarto donde él nació se llamaba "el cuarto de San Francisco", porque había en él una imagen del "Poverello" predicando a los pájaros y a los peces.

De niño Francisco fue muy delicado de salud ya que nació prematuro; pero gracias al cuidado que recibió, se pudo recuperar y fortalecerse con los años. Si bien no era robusto, su salud le permitió desplegar una enérgica actividad durante su vida.

La Madre de Francisco:

La Señora Francisca de Boisy era una mujer sumamente amable y trabajadora y profundamente piadosa. Santa Juana de Chantal dice que la gente la admiraba como a una de las damas más respetables de esa época.

Tenía que mandar y dirigirlo todo en un amplísimo castillo donde laboran cuarenta trabajadores, sirvientas, mensajeros, labradores, y encargados del ganado.

Es muy importante tener en cuenta las cualidades de la mamá de Francisco, porque éste, por el valle nublado frío y oscuro donde estaba su casa, podría haber sido un hombre retraído y más bien inclinado a la tristeza y el pesimismo. Y en cambio, por la maravillosa formación que Doña Francisca le va proporcionando y por la educación que le hace dar su padre, obtiene las bases para llegar a ser más tarde con la gracia de Dios y por sus grandes esfuerzos, un portento de amabilidad y del más exquisito trato social.

Doña Francisca era una mujer que vivía muy ocupada, pero sin afanes ni apresuramientos. Quizás de ella habrá aprendido el niño Francisco aquella virtud suya que le dará resultado toda su vida: trabajar mucho, trabajar siempre, pero sin perder la calma, sin inquietud, no dejando para mañana lo que se puede hacer hoy.

La religión dominaba la vida de doña Francisca, y la compartía con todos, de ahí que Francisco aprendiese todo esto y luego lo usase más tarde para el beneficio de muchas almas.

Infancia:

Era un niño lindo, rubio, rosado que se divertía jugando en el Castillo. Le gustaba ir al Templo y rezar mirando hacia el altar y también era muy dado a ayudar a los pobres. Sin duda había recibido del Espíritu Santo el don de la Magnificencia, que consiste en un gusto especial por dar, y dar con gran generosidad. Como niño vivo e inquieto, que le gustaba curiosear por aquel inmenso Castillo donde vivía; parecía que tenía cien pulgas debajo de la ropa que no le dejaban estar quieto, por lo que su madre y la nodriza tenían que estar constantemente viendo que estaba haciendo.

Su madre le enseñaba el catecismo y le narraba bellos ejemplos religiosos. Y cuando el pequeño Francisco se encontraba con otros niños por el camino o en el prado, les repetía las enseñanzas y narraciones que había escuchado de labios de su mamá. Se estaba entrenando para lo que sería su mas preciado trabajo: enseñar catecismo, pero enseñarlo bellamente a base de amenos ejemplos.

Hay un hecho en su infancia que denota mucho su celo por Dios pero también su inclinación a la ira, con la que luchará por 19 años de su vida hasta dominarla. Se cuenta que un día un Calvinista fue a visitar el Castillo, Francisco se enteró y como no podía meterse en la sala a protestar, tomó un palo en las manos, y lleno de indignación se fue al corral de las gallinas, arremetiendo contra ellas y gritando: "Fuera los herejes: No queremos herejes". Las pobres gallinas salieron corriendo y gritando ante su atacante, y a tiempo llegaron los sirvientes para salvarlas. Este que ahora atacaba a las gallinas, después llegará a tener un genio tan bondadoso y amable que no procederá con ira ni siquiera contra los más tremendos adversarios; ahora bien , esta bondad no nació con él sino que fue una conquista, poco a poco, con la ayuda de Dios.

Su padre, Don Francisco, tenía temor de que su hijo fuera a crecer flojo de voluntad porque la mamá lo quería muchísimo y podía hacerlo crecer algo consentido y mimado. Entonces le consiguió de profesor a un sacerdote muy rígido y muy exigente, el Padre Deage. Este será su preceptor durante toda su vida de estudiante. Era un hombre super exacto en todo, pero muy frecuentemente demasiado perfeccionista en sus exigencias. Este preceptor lo ayudará mucho en su formación pero le hará pasar muchos ratos amargos, por exigirle demasiado. Francisco no protestará nunca y en cambio le sabrá agradecer siempre, pero para su comportamiento futuro tomará la resolución de exigir menos detalles importunos y hacer más amables a quienes él tenga que dirigir.

A los 8 años entró en el Colegio de Annecy, y a los 10 años hizo su Primera Comunión junto con la Confirmación. Desde ese día se propuso no dejar pasar un día sin visitar a Jesús Sacramentado en el Templo o en la Capilla del colegio. El que más tarde será el gran promotor del culto solemne a la Eucaristía, fue preparado muy cuidadosamente por la madre y por su Sacerdote preceptor para recibir por primera vez a Jesús Sacramentado. Guiado por su madre se trazó unos buenos propósitos como recuerdo de su Primera Comunión:

1) Cada mañana y cada noche rezaré algunas oraciones.

2) Cuando pase por frente de una Iglesia entraré a visitar a Jesús Sacramentado, si no hay una razón grave que me lo impida.

3) Siempre y en toda ocasión que me sea posible ayudaré a las gentes más pobres y necesitadas.

4) Leeré libros buenos, especialmente Vidas de Santos.

Durante toda su vida procuró ser enteramente fiel a estos propósitos.

Un año más tarde en la misma Iglesia de Santo Domingo (actualmente San Mauricio), recibió la tonsura.

Francisco, estudiante:

Un gran deseo de consagrarse a Dios consumía al joven, que había cifrado en ello la realización de su ideal; pero su padre (que al casarse había tomado el nombre de Boisy) tenía destinado a su primogénito a una carrera secular, sin preocuparse de sus inclinaciones. A los 14 años, Francisco fue a estudiar a la Universidad de París que, con sus 54 colegios, era uno de los más grandes centros de enseñanza de la época.

Su padre le había enviado al colegio de Navarra, a donde iban los hijos de las familias de Saboya; pero Francisco, que temía por su vocación, consiguió que consintiera en dejarle ir al Colegio de Clermont, dirigido por los jesuitas y conocido por la piedad y el amor a la ciencia que reinaban en él. Acompañado por el Padre Déage, Francisco se instaló en el hotel de la Rosa Blanca de la calle St. Jacques, a unos pasos del Colegio de Clermont. Francisco se propuso un Plan de Vida durante su estadía en el colegio. Se propuso dedicarse a hacer lo que tenía que hacer: prepararse bien para el futuro.

Desde el principio, guiado, por su director, el Padre Déage, se trazó un programa de acción: Cada semana confesarse y comulgar. Cada día atender muy bien a las clases y preparar las tareas y lecciones para el día siguiente. Dos horas diarias de ejercicios de equitación, de esgrima, de baile .

La debida mezcla entre los ejercicios de piedad y las artes gimnásticas le fueron consiguiendo un aire de elegancia y respetabilidad. Era alto, gallardo y bien presentado. Enemigo de los lujos, pero siempre decorosamente presentado. En las reuniones de gente de refinada elegancia era el invitado preferido, porque a la vez de ser muy sencillo y sin rebuscamientos inútiles, era "la cultura personificada".

Más tarde, cuando sea Obispo, la gente exclamará: "en las reuniones sociales se porta con la santidad de un digno ministro de Dios, y en las ceremonias religiosas se porta con la elegancia del más exquisito de los caballeros". Y al preguntarle alguien el por que, respondió: "Cuando estoy en la alegría de una fiesta social me imagino estar revestido de ornamentos de Obispo, y me comporto con la dignidad que esto exige. Y cuando estoy celebrando una ceremonia religiosa me imagino estar en la más exquisita y refinada reunión, y trato de comportarme con la educación y urbanidad que en estos casos se exige".

Pronto se distinguió en retórica y en filosofía; después se entregó apasionadamente al estudio de la teología. Cada día estaba más decidido a consagrarse a Dios y acabó por hacer voto de castidad perpetua, poniéndose bajo la protección de la Santísima Virgen. Pero no por ello faltaron las pruebas.

La más terrible tentación de su juventud:

Vivir en gracia de Dios en aquellos ambientes no era nada fácil. Sin embargo, Francisco supo alejarse de toda ocasión peligrosa y de toda amistad que pudiera llevarle a ofender a Dios y logró conservar así el alma incontaminada y admirablemente pura. Francisco tenía 18 años.

Su carácter era muy inclinado a la ira, y muchas veces la sangre se le subía a la cara ante ciertas burlas y humillaciones, pero lograba contenerse de tal manera que muchos llegaban hasta imaginarse que a Francisco nunca le daba mal genio por nada. Pero entonces el enemigo del alma, al ver que con las pasiones más comunes no lograba derrotarlo, dispuso atacarlo por un nuevo medio más peligroso y desconocido.

Empezó a sentir en su cerebro el pensamiento constante y fastidioso de que se iba a condenar, que se tenía que ir al infierno para siempre. La herejía de la Predestinación, que predicaba Calvino y que él había leído, se le clavaba cada vez más en su mente y no lograba apartarla de allí. Perdió el apetito y ya no dormía. Estaba tan impresionantemente flaco y temía hasta enloquecer. Lo que más le atemorizaba no eran los demás sufrimientos del infierno, sino que allá no podría amar a Dios.

El Señor permitiéndole la tentación le da la salida. El primer remedio que encontró fue decirle al Señor: "Oh mi Dios, por tu infinita Justicia tengo que irme al infierno para siempre, concédeme que allá yo pueda seguirte amando. No me interesa que me mandes todos los suplicios que quieras, con tal de que me permitas seguirte amando siempre"; esta oración le devolvió gran parte de paz a su alma.

Pero el remedio definitivo, que le consiguió que esta tentación jamás volviese a molestarle fue al entrar a la Iglesia de San Esteban en París, y arrodillarse ante una imagen de la Santísima Virgen y rezarle la famosa oración de San Bernardo:

"Acuérdate Oh piadosísima Virgen María, que jamás oyó decir que hayas abandonado a ninguno de cuantos han acudido a tu amparo, implorando tu protección y reclamando tu auxilio. Animado con esta confianza, también yo acudo a ti, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados , me atrevo a comparecer ante tu soberana presencia. No desprecies mis súplicas, Madre del Verbo Divino, antes bien, óyelas y acógelas benignamente. Amén"

Al terminar de rezar esta oración, se le fueron como por milagro todos sus pensamientos de tristeza y de desesperación y en vez de los amargos convencimientos de que se iba a condenar, le vino la seguridad de que "Dios envió al mundo a su Hijo no para condenarlo, sino para que los pecadores se salven por medio de Él. Y el que cree no será condenado" (Juan 3:17).

Esta prueba le sirvió mucho para curarse de su orgullo y también para saber comprender a las personas en crisis y tratarlas con bondad.

Estudiante de universidad:

En el 1588, partió para la ciudad italiana de Padua; su padre le había dado la orden de estudiar abogacía, doctorarse en derecho. Francisco fue obedeciendo a su padre. Estudiaba derecho durante cuatro horas diarias para poder llegar a ser abogado. Otras cuatro horas estudiaba Teología, la ciencia de Dios, porque tenía un gran deseo: llegar a ser sacerdote.

Durante su estadía en Padua, dice el mismo Francisco, que lo que más le ayudó fue la amistad y dirección espiritual de ciertos sacerdotes jesuitas muy sabios y muy santos. Le ayudó mucho la lectura de un libro, que le acompañará durante su vida por 17 años, escrito por el Padre Scupoli llamado: "El Combate Espiritual". Lo leía todos los días y sacaba gran provecho de su lectura.

San Francisco hizo un detallado plan de vida para preservarse durante su estadía en Padua, y se propuso hacer lo siguiente:

1) Cada mañana hacer el Examen de previsión : que consistía en ver que trabajos, que personas o actividades iba a realizar en ese día, y planear como iba a comportarse ante ellos.

2) A mediodía visitar el Santísimo Sacramento y hacer el Examen Particular: examinando su defecto dominante y viendo si había actuado con la virtud contraria a él, (durante 19 años su examen particular será acerca del mal genio, de aquel defecto tan fuerte que era su inclinación a encolerizarse).

3) Ningún día sin Meditación: Aunque fuese por media hora, dedicarse a pensar en los favores recibidos por el Señor, en las grandezas de Dios , en las verdades de la Biblia o en los ejemplos de los santos.

4) Cada día rezar el Santo Rosario: no dejarlo de rezar ningún día de su vida, promesa que siempre cumplió.

5) En su trato con los demás ser amable pero moderado.

6) Durante el día pensar en la Presencia de Dios.

7) Cada noche antes de acostarse hacer el Examen del día : decía, "recordaré si empecé mi jornada encomendándome a Dios. Si durante mis ocupaciones me acordé muchas veces de Dios para ofrecerle mis acciones, pensamientos, palabras y sufrimientos. Si todo lo que hoy hice fue por amor al buen Dios. Si traté bien a las personas. Si no busqué en mis labores y palabras darle gusto a mi amor propio y a mi orgullo, sino agradar a Dios y hacer bien a mi prójimo. ¿Si supe hacer algún pequeño sacrificio?, ¿Si me esforcé por estar fervoroso en la oración? y pediré perdón al Señor por las ofensas de este día, haré propósito de portarme mejor en adelante; y suplicaré al cielo que me conceda fortaleza para ser siempre fiel a Dios; y rezando mis tres Avemarías me entregaré pacíficamente al sueño. Firmado: Francisco de Sales, Padua 1589.

Así Francisco, mantuvo protegido su corazón todo el tiempo en el que estuvo estudiando en Padua y a los 24 años obtuvo el doctorado en leyes, y fue a reunirse con su familia en el castillo de Thuille, a orillas del lago de Annecy. Ahí llevó durante 18 meses, por lo menos en apariencia, la vida ordinaria de un joven de la nobleza. El padre de Francisco tenía gran deseo de que su hijo se casara cuanto antes y había escogido para él a una encantadora muchacha, heredera de una de las familias del lugar. Sin embargo, el trato cortés, pero distante, de Francisco hicieron pronto comprender a la joven que este no estaba dispuesto a secundar los deseos de su padre.

El santo declinó, por la misma razón, la dignidad de miembro del senado que le había sido propuesta, a pesar de su juventud.

Hasta entonces Francisco sólo había confiado a su madre y a su primo Luis de Sales y a algunos amigos íntimos, su deseo de consagrarse al servicio de Dios. Pero había llegado el momento de hablar de ello con su padre. El Señor de Boisy lamentaba que su hijo se negara a aceptar el puesto en el senado y que no hubiese querido casarse, pero ello no le había hecho sospechar, ni por un momento, que Francisco pensara en hacerse sacerdote.

La muerte del deán del capítulo de Ginebra hizo pensar al canónigo Luis de Sales en la posibilidad de nombrar a Francisco para sustituirle, lo cual haría menos duro el golpe para el padre del santo. Con la ayuda de Claudio de Granier, obispo de Ginebra, pero sin consultar a ningún miembro de la familia, el canónigo explicó el asunto al Papa, quien debía hacer el nombramiento y, a vuelta de correo, llegó la respuesta del Sumo Pontífice que daba a Francisco el puesto. Este quedó muy sorprendido ante la dignidad con que le distinguía el Papa, pero se resignó a aceptar ese honor que no había buscado, con la esperanza de que su padre accedería así más fácilmente a su ordenación.

Pero el Señor de Boisy era un hombre muy decidido y pensaba que sus hijos le debían una obediencia absoluta. Francisco tuvo que recurrir a toda su respetuosa paciencia y su poder de persuasión para convencerle de que debía ceder.

Por fin vistió la sotana el día mismo en que obtuvo el consentimiento de su padre, y fue ordenado sacerdote 6 meses después, el 18 de diciembre de 1593. A partir de ese momento, se entregó al cumplimiento de sus nuevos deberes con un celo que nunca decayó. Ejercitaba los ministerios sacerdotales entre los pobres, con especial cariño; sus penitentes predilectos eran los de cuna humilde.

Su predicación no se limitó a Annecy únicamente, sino a otras muchas ciudades. Hablaba con palabras sencillas, que los oyentes le escuchaban encantados, pues no había en sus sermones todo ese ornato de citas griegas y latinas tan común en aquellos tiempos, a pesar de que Francisco era doctor. Pero Dios tenía destinado al santo emprender, en breve, un trabajo mucho más difícil.

A la conquista de los Calvinistas; La Misión de Chablais.

Las condiciones religiosas de los habitantes del Chablais, en la costa sur del lago de Ginebra, eran deplorables debido a los constantes ataques de los ejércitos protestantes, y el duque de Saboya rogó al Obispo Claudio de Granier que mandase algunos misioneros a evangelizar de nuevo la región. El Obispo envió a un sacerdote de Thonon, capital del Chablais; pero sus intentos fracasaron. El enviado tuvo que retirarse muy pronto. Entonces el Obispo presentó el asunto a la consideración de su capítulo, sin ocultar sus dificultades y peligros. De todos los presentes, Francisco fue quien mejor comprendió la gravedad del problema, y se ofreció a desempeñar ese duro trabajo, diciendo sencillamente: "Señor, si creéis que yo pueda ser útil en esa misión, dadme la orden de ir, que yo estoy pronto a obedecer y me consideraré dichoso de haber sido elegido para ella". El Obispo aceptó al punto, con gran alegría para Francisco.

Pero el Señor de Boisy veía las cosas de distinta manera y se dirigió a Annecy para impedir lo que él llamaba "una especie de locura". Según él, la misión equivalía a enviar a su hijo a la muerte. Arrodillándose, a los pies del Obispo le dijo: "Señor, yo permití que mi primogénito, la esperanza de mi casa, de mi avanzada edad y de mi vida, se consagrara al servicio de la Iglesia; pero yo quiero que sea un confesor y no un mártir". Cuando el Obispo, impresionado por el dolor y las súplicas de su amigo, se disponía a ceder, el mismo Francisco le rogó que se mantuviese firme: "¿Vais a hacerme indigno del Reino de los Cielos? -preguntó- Yo he puesto la mano en el arado, no me hagáis volver atrás".

El Obispo empleó todos los argumentos posibles para disuadir al Sr. de Boisy, pero éste se despidió con las siguientes palabras: "No quiero oponerme a la voluntad de Dios, pero tampoco quiero ser el asesino de mi hijo permitiendo su participación en esta empresa descabellada. ...yo jamás autorizaré esta misión".

Francisco tuvo que emprender el viaje, sin la bendición de su padre, el 14 de Septiembre de 1594, día de La Santa Cruz. Partió a pie, acompañado solamente por su primo, el canónigo Luis de Sales, a la reconquista del Chablais.

El gobernador de la provincia se había hecho fuerte con un piquete de soldados en el castillo de Allinges, donde los dos misioneros se las ingeniaron para pasar las noches a fin de evitar sorpresas desagradables. En Thonon quedaban apenas unos 20 católicos, a quienes el miedo impedía profesar abiertamente sus creencias. Francisco entró en contacto con ellos y los exhortó a perseverar valientemente. Los misioneros predicaban todos los días en Thonon, y poco a poco, fueron extendiendo sus fuerzas a las regiones circundantes.

El camino al castillo de Allinges, que estaban obligados a recorrer, ofrecía muchas dificultades y, particularmente en invierno, resultaba peligroso. Una noche, Francisco fue atacado por los lobos y tuvo que trepar a un árbol y permanecer ahí en vela para escapar con vida. A la mañana siguiente, unos campesinos le encontraron en tan lastimoso estado que, de no haberle transportado a su casa para darle de comer y hacerle entrar en calor, el santo habría muerto seguramente. Los buenos campesinos eran calvinistas. Francisco les dio las gracias en términos tan llenos de caridad, que se hizo amigo de ellos y muy pronto los convirtió al catolicismo.

En el 1595, un grupo de asesinos se puso al asecho de Francisco en dos ocasiones, pero el cielo preservó la vida del santo en forma milagrosa.


El tiempo pasaba y el fruto del trabajo de los misioneros era muy escaso. Por otra parte, el Sr. de Boisy enviaba constantemente cartas a su hijo, rogándole y ordenándole que abandonase aquella misión desesperada. Francisco respondía siempre que si su Obispo no le daba una orden formal de volver, no abandonaría su puesto. El santo escribía a un amigo de Envían en estos términos: "Estamos apenas en los comienzos. Estoy decidido a seguir adelante con valor, y mi esperanza contra toda esperanza está puesta en Dios".

San Francisco hacía todos los intentos para tocar los corazones y las mentes del pueblo. Con ese objeto, empezó a escribir una serie de panfletos en los que exponía la doctrina de la Iglesia y refutaba la de los calvinistas. Aquellos escritos, redactados en plena batalla, que el santo hacía copiar a mano por los fieles, para distribuirlos, formarían más tarde el volumen de las "controversias". Los originales se conservan todavía en el convento de la Visitación de Annecy. Aquí empezó la carrera de escritor de San Francisco de Sales, que a este trabajo añadía el cuidado espiritual de los soldados de la guarnición del castillo de Allinges, que eran católicos de nombre y formaban una tropa ignorante y disoluta.

En el verano de 1595, cuando San Francisco se dirigía al monte Voiron a restaurar un oratorio a Nuestra Señora, destruido por los habitantes de Berna, una multitud se echó sobre él, después de insultarle, y le maltrató.

Poco a poco el auditorio de sus sermones en Thonon fue más numeroso, al tiempo que los panfletos hacían efecto en el pueblo. Por otra parte, aquellas gentes sencillas admiraban la paciencia del santo en las dificultades y persecuciones, y le otorgaban sus simpatías. El número de conversiones empezó a aumentar y llegó a formarse una corriente continua de apostatas que volvían a reconciliarse con la Iglesia.

Cuando el Obispo Granier fue a visitar la misión, 3 o 4 años más tarde, los frutos de la abnegación y celo de San Francisco de Sales eran visibles. Muchos católicos salieron a recibir al Obispo, quien pudo administrar una buena cantidad de confirmaciones, y aún presidir la adoración de las 40 horas, lo que había sido inconcebible unos años antes, en Thonon. San Francisco había restablecido la fe Católica en la provincia y merecía, en justicia, el título de "Apóstol del Chablais".

Mario Besson, un posterior obispo de Ginebra ha resumido la obra apostólica de su predecesor en una frase del mismo San Francisco de Sales a Santa Juana de Chantal: "Yo he repetido con frecuencia que la mejor manera de predicar contra los herejes es el amor, aun sin decir una sola palabra de refutación contra sus doctrinas". El mismo Obispo Mons. Besson, cita al Cardenal Du Perron: "Estoy convencido de que, con la ayuda divina, la ciencia que Dios me ha dado es suficiente para demostrar que los herejes están en el error; pero si lo que queréis es convertirles, llevadles al Obispo de Ginebra, porque Dios le ha dado la gracia de convertir a cuantos se le acercan".

Monseñor de Granier, quien siempre había visto en Francisco un posible coadjutor y sucesor, pensó que había llegado el momento de poner en obra sus proyectos. El santo se negó a aceptar, al principio, pero finalmente se rindió a las súplicas de su Obispo, sometiéndose a lo que consideraba como una manifestación de la voluntad de Dios. Al poco tiempo, le atacó una grave enfermedad que lo puso entre la vida y la muerte. Al restablecerse fue a Roma, donde el Papa Clemente VIII, que había oído muchas alabanzas sobre la virtud y las cualidades del joven sacerdote decano, pidió que se sometiese a un examen en su presencia. El día señalado se reunieron muchos teólogos y sabios.

El mismo Sumo Pontífice, así como Baronio, Bernardino, el cardenal Federico Borromeo (primo del santo) y otros, interrogaron al santo sobre 35 puntos difíciles de teología. San Francisco respondió con sencillez y modestia, pero sin ocultar su ciencia. El Papa confirmó su nombramiento de coadjutor de Ginebra, y Francisco volvió a su diócesis, a trabajar con mayor ahínco y energía que nunca.

En 1602 fue a París donde le invitaron a predicar en la capilla real, que pronto resultó pequeña para la tal multitud que acudía a oír la palabra del santo, tan sencilla, tan conmovedora y tan valiente. Enrique IV concibió una gran estima por el coadjutor de Ginebra y trató en vano de retenerle en Francia.

Años más tarde, cuando San Francisco de Sales fue de nuevo a París, el rey redobló sus instancias; pero el joven obispo se rehusó a cambiar su diócesis de la montaña, su "pobre esposa", como él la llamaba, por la importante diócesis -"la esposa rica"- que el rey le ofrecía. Enrique IV exclamó: "El Obispo de Ginebra tiene todas las virtudes, sin un solo defecto".

A la muerte de Claudio de Granier, acaecida en el otoño de 1602, Francisco le sucedió en el gobierno de la diócesis. Fijó su residencia en Annecy, donde organizó su casa con la más estricta economía, y se consagró a sus deberes pastorales con enorme generosidad y devoción. Además del trabajo administrativo, que llevaba hasta en los menores detalles del gobierno de su diócesis, el santo encontraba todavía tiempo para predicar y confesar con infatigable celo. Organizó la enseñanza del catecismo; él mismo se encargaba de la instrucción de Annecy, y lo hacía en forma tan interesante y fervorosa, que las gentes del lugar recordaban todavía, muchos años después de su muerte, "el catecismo del obispo".

La generosidad y caridad, la humildad y clemencia del santo eran inagotable. En su trato con las almas fue siempre bondadoso, sin caer en la debilidad; pero sabía emplear la firmeza cuando no bastaba la bondad.

San Francisco en su escritorioEn su maravilloso "Tratado del Amor de Dios" escribió: "La medida del amor es amar sin medida". Supo vivir lo que predicaba.

Con su abundante correspondencia alentó y guió a innumerables personas que necesitaban de su ayuda. Entre los que dirigía espiritualmente, Santa Juana de Chantal ocupa un lugar especial. San Francisco la conoció en 1604, cuando predicaba un sermón de cuaresma en Dijón. La fundación de la Congregación de la Visitación, en 1610, fue el resultado del encuentro de los dos santos.

El libro "Introducción a la Vida Devota" nació de las notas que el santo conservaba de las instrucciones y consejos enviados a su prima política, la Sra. de Chamoisy, que se había confiado a su dirección. San Francisco se decidió, en 1608, a publicar dichas notas, con algunas adiciones. El libro fue recibido como una de las obras maestras de la ascética, y pronto se tradujo en muchos idiomas.

En 1610, Francisco de Sales tuvo la pena de perder a su madre (su padre había muerto años antes). El santo escribió más tarde a Santa Juana de Chantal: "Mi corazón estaba desgarrado y lloré por mi buena madre como nunca había llorado desde que soy sacerdote". San Francisco habría de sobrevivir por nueve años a su madre, nueve años de inagotable trabajo.

Últimos meses y muerte del Santo:

En 1622, el duque de Saboya, que iba a ver a Luis XIII en Aviñón, invitó al santo a reunirse con el en aquella ciudad. Movido por el deseo de abogar por la parte francesa de su diócesis, el obispo aceptó al punto la invitación, aunque arriesgaba su débil salud un viaje tan largo, en pleno invierno.

Parece que el santo presentía que su fin se acercaba. Antes de partir de Annecy puso en orden todos sus asuntos y emprendió el viaje como si no tuviera esperanza de volver a ver a su grey. En Aviñón hizo todo lo posible por llevar su acostumbrada vida de austeridad; pero las multitudes se apiñaban para verle y todas las comunidades religiosas querían que el santo obispo les predicara.

En el viaje de regreso, San Francisco se detuvo en Lyon, hospedándose en la casita del jardinero del convento de la Visitación. Aunque estaba muy fatigado, pasó un mes entero atendiendo a las religiosas. Una de ellas le rogó que le dijese qué virtud debía practicar especialmente; el santo escribió en una hoja de papel, con grandes letras: "Humildad".

Durante el Adviento y la Navidad, bajo los rigores de un crudo invierno, prosiguió su viaje, predicando y administrando los sacramentos a todo el que se lo pidiera. El día de San Juan le sobrevino una parálisis; pero recuperó la palabra y el pleno conocimiento. Con admirable paciencia, soportó las penosas curaciones que se le administraron con la intención de prolongarle la vida, pero que no hicieron más que acortársela.

En su lecho repetía: "Puse toda mi esperanza en el Señor, y me oyó y escuchó mis súplicas y me sacó del foso de la miseria y del pantano de la iniquidad".

En el último momento, apretando la mano de uno de los que le asistían solícitamente murmuró: "Empieza a anochecer y el día se va alejando".

Su última palabra fue el nombre de "Jesús". Y mientras los circundantes recitaban de rodillas las Letanías de los agonizantes, San Francisco de Sales expiró dulcemente, a los 56 años de edad, el 28 de Diciembre de 1622, fiesta de los Santos Inocentes. Había sido obispo por 21 años.

Después de su muerte:

A la misma hora en que falleció San Francisco de Sales, en la ciudad de Grenoble estaba Santa Juana de Chantal orando por él, cuando oyó una voz que decía: " Ya no vive sobre la tierra", pero era poca inclinada a creer en favores extraordinarios, no creyó que fuese un aviso de la muerte del santo. Cuando le llegaron con la noticia, comprendió que aquella voz era cierta y durante todo el día y la noche no podía parar de llorar la muerte del Santo.

El día 29 de Diciembre la ciudad entera de Lyon fue desfilando por la humilde casita donde había muerto el querido santo. Y era tanto el deseo de la gente de besarle las manos y los pies, que los médicos no lograban llevarse el cadáver para hacerle la autopsia.

-La hiel: Dice monseñor Camus que al sacarle la hiel la encontraron convertida en 33 piedrecitas, señal de los esfuerzos tan heroicos que había tenido que hacer para vencer su temperamento tan inclinado a la cólera y al mal genio y llegar a ser el santo de la amabilidad.

-Reliquias: Todos en Lyon querían un recuerdo del santo: sus ropas fueron partidas en miles de pedacitos para darle a cada cual alguna reliquia.

-El corazón: dentro de un estuche de plata fue llevado el corazón del gran Obispo al convento de las Hermanas de la Visitación en Lyon, y guardado allí como un tesoro.

-Expuesto al público: Una vez embalsamado, el cuerpo de Monseñor Francisco de Sales fue vestido con sus ornamentos episcopales y trasladado en un ataúd para sus funerales en la iglesia de la Visitación. Estuvo expuesto para veneración de los fieles por dos días.

Cuando la noticia llegó a Annecy, tomó a todos por sorpresa y después de un silencio general, todos lloraban a su querido obispo.

Inmediatamente que llegó su cadáver a Annecy y fue sepultado, empezaron a ocurrir milagros por la intercesión del santo, lo que llevó a La Santa Sede a abrir su causa de Beatificación en 1626.

¿Que sucedió el día que abrieron su tumba?:

En 1632 se hizo la exhumación del cadáver de Francisco de Sales para saber cómo estaba. Abrieron su tumba los comisionados de la Santa Sede acompañados de las monjas de la Visitación. Cuando levantaron la lápida, apareció el santo igual que cuando vivía. Su hermoso rostro conservaba la expresión de un apacible sueño. Le tomaron la mano y el brazo estaba elástico (llevaba 10 años de enterrado). Del ataúd salía una extraordinaria y agradable fragancia.

Toda la ciudad desfiló ante su santo Obispo que apenas parecía dormido. Por la noche cuando todos los demás se hubieron ido, la Madre de Chantal volvió con sus religiosas a contemplar más de cerca y con más tranquilidad y detenimiento el cadáver de su venerado fundador. Más a causa de la prohibición de las autoridades no se atrevió a tocarle ni a besar sus hermosas manos pálidas.

Pero al día siguiente los enviados de la Santa Sede le dijeron que la prohibición para tocarlo no era para ella, y entonces se arrodilló junto al ataúd, se inclinó hacia el santo, le tomó la mano y se la puso sobre la cabeza como para pedirle una bendición. Todas las hermanas vieron como aquella mano parecía recobrar vida y moviendo los dedos, suavemente oprimió y acarició la humilde cabeza inclinada de su discípula preferida y santa.

Todavía hoy, en Annecy, las hermanas de la Visitación conservan el velo que aquel día llevaba en la cabeza la Madre Juana Francisca.

San Francisco fue beatificado por el Papa Alejandro VII en el 1661, y el mismo Papa lo canonizó en el 1665, a los 43 años de su muerte.

En el 1878 el Papa Pío IX, considerando que los tres libros famosos del santo: "Las controversias"(contra los protestantes); La Introducción a la Vida Devota" (o Filotea) y El Tratado del Amor de Dios (o Teótimo), tanto como la colección de sus sermones, son verdaderos tesoros de sabiduría, declaró a San Francisco de Sales "Doctor de la Iglesia" , siendo llamado "El Doctor de la amabilidad".

La tentación más frecuente

"La tentación más frecuente en las personas preocupadas por su progreso espiritual es que, bajo el pretexto de una influencia apostólica mas grande, el demonio les hace desear una ocupación distinta de la suya".
-San Francisco de Sales
Decía que las Visitantinas eran verdaderamente
"La obra de los Corazones de Jesús y María"

25/1/10

Infancia Misionera 2010

Los niños se unen para promover un mundo más justo y una sociedad más reconciliada y pacificada. Ellos son la mejor expresión de una sociedad que necesita mayor sencillez y humildad para afrontar los problemas más hondos que anidan en la misma. Los grandes desafíos que la humanidad debe afrontar, o se basan en mover las conciencias para buscar caminos de auténtica fraternidad y limpieza de corazón, o están abocados los humanos a un precipicio de desintegración de lo más noble que habita en su corazón. Pensemos en los graves riesgos que deben sortear los niños ya desde los comienzos de su vida y en el seno de la madre; muchos de ellos se encuentran indefensos de tal forma que nunca llegarán a ver la luz del sol.

La Iglesia se ha planteado siempre la necesidad de atender la infancia ante las amenazas tan diversas que existen. Es una vergüenza social que haya doscientos cincuenta mil niños que mueren de hambre todas las semanas, que más de trescientos mil niños sean enrolados como “niños soldado” en diversas guerras. Uno se pasma al constatar que más de trescientos millones de niños trabajan como esclavos y que mil millones de niños no han oído hablar de Jesucristo. Si a esto añadimos que muchísimos millones de bebés son destruidos antes de nacer en el seno de la madre por culpa del aborto, o las cifras no controladas y altísimas de niños que son sacrificados para conseguir sus órganos y venderlos, esto está demostrando la gran degradación de sentido humano a la que se está llegando.

La Infancia Misionera quiere ser expresión viva y aldabonazo fuerte a las conciencias de todos los seres humanos. Millones de niños pertenecen a esta institución católica, que tiene el objetivo de ayudarse entre los niños para ir construyendo una sociedad más llena de paz. Ellos son muy sensibles a esta labor y se lo piden, con la candidez de los pequeños, a Jesucristo, que se convierte en su aliado fundamental en este peregrinaje hacia una humanidad nueva. Son más de diez mil los niños españoles que colaboran generosamente en más de doscientos proyectos de ayuda a niños pobres necesitados de alimentos, de apoyo a hospitales de infancia y orfanatos, de ayuda a escuelas y capillas. De modo especial se ayuda a los niños de Asia y de África. Ellos son sensibles a las desgracias de sus amigos. Recuerdo de pequeño el día que rompí mi hucha para dar a los misioneros las pocas pesetillas que poseía. Aquel día me sentí muy feliz. Con el tiempo no solo comprobé que debía dar algo a los demás, sino más bien darme a los demás. Esta fue tal vez la espoleta que hizo nacer en mí el deseo de ser sacerdote, porque Dios pasea y se hace visible y palpable en el corazón generoso.

Cada año, en Obras Misionales Pontificias queremos fijarnos en un continente: el año pasado fue Asia y este año será África. Es una forma pedagógica para mirar, con la sencillez de los niños, a aquellos que habitan en uno de los continentes. Durante el mes de octubre del año pasado los obispos africanos se han encontrado en Roma con el Papa Benedicto XVI y el tema sobre el que han reflexionado y profundizado ha sido “La Iglesia en África al servicio de la reconciliación, de la justicia y de la paz: «Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo» (Mt 5, 13-14)”. En estos momentos el continente africano está creciendo considerablemente en vida cristiano-católica; ha pasado de cincuenta y cinco millones de católicos en 1978 a ciento sesenta y cuatro millones en 2007. Es una realidad que aumenta, y por ello la Iglesia en este continente, a pesar de las dificultades, crece continuamente. Como dice Benedicto XVI, esta Iglesia no solo propaga y profundiza la fe en Cristo, sino que también ayuda a los pueblos que aún sufren debido a la pobreza, las guerras o la falta de acceso a la educación y a la sanidad. Procuremos apoyar moral y materialmente a este continente de gran esperanza.

Tres temas fundamentales se han analizado en el Sínodo de África de 2009: la reconciliación, la justicia y la paz. Si en algo hemos de educar a los niños es en estas tres fuerzas motrices para construir una sociedad y humanidad nuevas. Pero para ser constructores de algo nuevo se ha de adquirir la relación con Dios. Y si esta relación no es correcta, todas las demás relaciones con cuanto puede haber de bueno, fundamentalmente no funcionan. El mundo, la sociedad, las relaciones humanas se han de ver a la luz de Dios. El ser humano no se ha inventado a sí mismo, y si fantásticamente quiere hacerse a su imagen, fracasa y de forma dramática desespera. Los niños tienen un espíritu sencillo y a ellos hemos de ayudar para que se formen en los profundos valores que animan la existencia humana. Las propuestas del hedonismo o del materialismo lo único que producen son monstruos desesperados que buscan, como locos, la felicidad y la paz.

La evangelización camina con firmeza si en la raíz está el Misterio de Dios. Las cosas del mundo van mal porque la relación con Dios no es ordenada. La misión importante es anunciar la vida en Jesucristo. Él es camino de vida nueva y nos muestra la grandeza de su amor que es misericordia: fuente de reconciliación. Nunca se puede perdonar si antes no nos hemos sentido perdonados. La fuerza del amor no solo es gratuidad, sino, ante todo, misericordia. La justicia se hace en Jesucristo verdad. Como decía Pablo VI, la consecución de la paz se logra trabajando por la justicia. Los caminos de la regeneración humana son estas tres luces de la reconciliación, de la justicia y de la paz.

Los niños de África, en esta Jornada de Infancia Misionera 2010, deben ser nuestros preferidos, y en ellos hemos de ver un proyecto de nueva humanidad. Al mismo tiempo que se promueven las realidades concretas, como son la educación, la promoción humana y la solidaridad, se ha de ahondar en el encuentro con Dios. Por ello a los niños, al ser muy receptivos, se les puede conducir por los caminos del Evangelio, que es encuentro de amistad con Jesucristo y de relación caritativa con los hermanos. Desde nuestra tierra española, trabajemos para que seamos generosos en nuestra plegaria, y pidamos a Dios que siga ayudando al continente africano en el nuevo proyecto que Dios mismo ha pensado. Ante la crisis mundial los niños africanos la viven de forma más cruel, y por ello hemos de ser más generosos, en nuestra colaboración económica, para que muchos niños encuentren sentido en su vida y puedan subsistir. Invito a todos los niños de España para que vivamos esta Jornada mirando a los niños de África y nos solidaricemos haciéndonos amigos de Jesús.

24/1/10

3º Domingo T.O.

Domingo 24 de Enero de 2010

3º domingo de tiempo ordinario


Santoral: Francisco de Sales

Comentarios a las lecturas de esta semana

Dibujo de Cerezo para el día de hoy

Homilia de Monseñor Romero para el día de hoy (27 de Enero de 1980)

Nehemías 8, 2-4a. 5-6. 8-10

Leían el libro de la Ley, explicando el sentido

En aquellos días, el sacerdote Esdras trajo el libro de la Ley ante la asamblea, compuesta de hombres, mujeres y todos los que tenían uso de razón. Era mediados del mes séptimo. En la plaza de la Puerta del Agua, desde el amanecer hasta el mediodía, estuvo leyendo el libro a los hombres, a las mujeres y a los que tenían uso de razón. Toda la gente seguía con atención la lectura de la Ley.

Esdras, el escriba, estaba de pie en el púlpito de madera que había hecho para esta ocasión. Esdras abrió el libro a la vista de todo el pueblo -pues se hallaba en un puesto elevado- y, cuando lo abrió, toda la gente se puso en pie. Esdras bendijo al Señor, Dios grande, y todo el pueblo, levantando las manos, respondió: "Amén, amén."

Después se inclinaron y adoraron al Señor, rostro en tierra.

Los levitas leían el libro de la ley de Dios con claridad y explicando el sentido, de forma que comprendieron la lectura. Nehemías, el gobernador, Esdras, el sacerdote y escriba, y los levitas que enseñaban al pueblo decían al pueblo entero: "Hoy es un día consagrado a nuestro Dios: No hagáis duelo ni lloréis."

Porque el pueblo entero lloraba al escuchar las palabras de la Ley. Y añadieron: "Andad, comed buenas tajadas, bebed vino dulce y enviad porciones a quien no tiene, pues es un día consagrado a nuestro Dios. No estéis tristes, pues el gozo en el Señor es vuestra fortaleza."

Salmo responsorial: 18

Tus palabras, Señor, son espíritu y vida.

La ley del Señor es perfecta y es descanso del alma; el precepto del Señor es fiel e instruye al ignorante. R.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón; la norma del Señor es límpida y da luz a los ojos. R.

La voluntad del Señor es pura y eternamente estable; los mandamientos del Señor son verdaderos y enteramente justos. R.

Que te agraden las palabras de mi boca, y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón, Señor, roca mía, redentor mío. R.

1Corintios 12, 12-30

Vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro

Hermanos: Lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo.

Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. Y todos hemos bebido de un solo Espíritu.

El cuerpo tiene muchos miembros, no uno sólo.

Si el pie dijera: "No soy mano, luego no formo parte del cuerpo", ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el oído dijera: "No soy ojo, luego no formo parte del cuerpo", ¿dejaría por eso de ser parte del cuerpo? Si el cuerpo entero fuera ojo, ¿cómo oiría? Si el cuerpo entero fuera oído, ¿cómo olería? Pues bien, Dios distribuyó el cuerpo y cada uno de los miembros como él quiso.

Si todos fueran un mismo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?

Los miembros son muchos, es verdad, pero el cuerpo es uno solo.

El ojo no puede decir a la mano: "No te necesito"; y la cabeza no puede decir a los pies: "No os necesito." Más aún, los miembros que parecen mas débiles son más necesarios. Los que nos parecen despreciables, los apreciamos más. Los menos decentes, los tratamos con más decoro. Porque los miembros más decentes no lo necesitan.

Ahora bien, Dios organizó los miembros del cuerpo dando mayor honor a los que menos valían.

Así, no hay divisiones en el cuerpo, porque todos los miembros por igual se preocupan unos de otros.

Cuando un miembro sufre, todos sufren con él; cuando un miembro es honrado, todos se felicitan.

Pues bien, vosotros sois el cuerpo de Cristo, y cada uno es un miembro.

Y Dios os ha distribuido en la Iglesia: en el primer puesto los apóstoles, en el segundo los profetas, en el tercero los maestros, después vienen los milagros, luego el don de curar, la beneficencia, el gobierno, la diversidad de lenguas.

¿Acaso son todos apóstoles? ¿O todos son profetas? ¿O todos maestros? ¿O hacen todos milagros? ¿Tienen todos don para curar? ¿Hablan todos en lenguas o todos las interpretan?

Lucas 1, 1-4; 4, 14-21

Hoy se cumple esta Escritura

En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu; y su fama se extendio por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas y todos lo alababan.

Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque él me ha ungido.

Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos la vista.

Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.”

Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oir.”


23/1/10

Año Jubilar Visitandino

Año Jubilar Visitandino

Monasterio Visitación de Santa María

Este Año Jubilar Visitandino conmemora el 400.º Aniversario de la Fundación de la Orden de la Visitación de Santa María (Salesas) por san Francisco de Sales y santa Juana Francisca Fremiot de Chantal, el 6 de junio de 1610 en Annecy (Francia). Coincide, además, con el 150.º Aniversario de la llegada de las MM. Salesas a Valladolid.

Durante este Año Jubilar podrá lucrarse visitando la iglesia de los Sagrados Corazones, C/ Juan Mambrilla, 33, la indulgencia plenaria con las debidas condiciones (recibimiento digno de los Sacramentos de la Penitencia y la Eucaristía, y oración por las intenciones del Papa) el 24 de enero (Solemnidad de San Francisco de Sales y comienzo del Año Jubilar), el 6 de junio (400.º Aniversario de la Fundación de la Orden), el 11 de junio (Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús), el 12 de agosto (Solemnidad de santa Juana Francisca Fremiot de Chantal), y el 13 de diciembre (Tránsito de santa Juana Francisca Fremiot de Chantal y clausura del Año Jubilar); o bien, una sola vez, en un día elegido por cada fiel, o en visita de peregrinación en grupo.

Más información: Monasterio Visitación de Santa María

D 24 Ene, 19:00 Iglesia de los Sagrados Corazones - MM. Salesas (Juan Mambrilla, 33)
D. Carlos Amigo Vallejo, O. F. M., cardenal-arzobispo emérito de Sevilla
Solemne apertura del Año Jubilar Visitandino en la solemnidad de san Francisco de Sales, cofundador de la Orden de la Visitación de Santa María (Salesas).

Monasterio Visitación de Santa María

Religiosos - Contemplación

Juan Mambrilla, 33. 47003 - Valladolid.

Teléfono(s): 983291493 - Fax: 983291493

De una sola nave, proyecto de Teodosio de Torres en 1907. Con un retablo de madera policromada, Adoración de los Pastores, de Esteban Jordán (s. XVI), en el banco varios relieves: Anunciación, Presentación...


Un retablo rococó (s. XVIII), en el centro una escultura de S. Miguel Arcángel de madera policromada. Una pintura sobre tabla (s. XVI) flamenco manierista representando el CALVARIO Crucifijo (s. XV), Sagrario de plata sobre capitel corintio.

22/1/10

Dr. Josep Samsó i Elias,

Radio María transmitirá la beatificación del Dr. Josep Samsó i Elias,

presbítero y mártir, rector de Santa María de Mataró

A partit de las 11:00h

El 23 de enero de 2010 será la primera vez en la historia en la que una ceremonia de beatificación tiene lugar en el arzobispado de Barcelona. Tendrá lugar en la basílica de Santa María, de Mataró, parroquia donde Josep Samsó i Elias (1887-1936) fue rector.

Encarcelado por su condición de sacerdote el 30 de julio de 1936, permaneció en la prisión de Mataró durante un mes. Su cautiverio terminó con su asesinato en el cementerio de Mataró el día 1 de septiembre de 1936. Murió perdonando a sus ejecutores y con una gran ejemplaridad cristiana. Por esta razón, el doctor Samsó será beatificado como mártir.


21/1/10

Santa Perpetua en Dibujos Animados

santa_perpetua¿Es posible presentar la historia de una mártir de los primeros siglos de la Iglesia a través de dibujos animados? Pues Catholic Heroes of the Faith muestra que sí lo es, ya que ha producido la historia de Santa Perpetua en formato DVD con la intención de que la fe y la esperanza de esta santa inspiren a católicos de todas las edades.

Recordemos que Perpetua y sus amigos fueron arrestados en el año 203 en Cartago, en África del Norte. Los ejecutaron porque no renegaron de su fe. Mientras esperaba la sentencia, Perpetua dejó por escrito lo que estaba viviendo: emocionantes detalles que ahora llegan a través de dibujos animados.

La siguiente escena recoge el momento en el que Perpetua no abjura de su fe sabiendo que esa decisión le llevaría a entregar la vida por dar testimonio de Cristo.

Vía | SIC
Link | Catholic Heros of the Faith

20/1/10

Los Caballeros de Colón

ANTE EL CAMBIO LEGISLATIVO EN MÉXICO DF

Los Caballeros de Colón proponen que los mexicanos voten en referendum si el matrimonio es sólo entre hombre y mujer

Los Caballeros de Colón, la organización laical más grande del mundo, ha pedido a la Asamblea Legislativa del DF y al jefe del gobierno federal, que organicen un plebiscito que consulte a la sociedad mexicana si esta de acuerdo en que el matrimonio continúe siendo una institución social conformada únicamente por un hombre y una mujer. Luis Fernando Guevara, representante de los Caballeros de Colón en México, afirmó que redefinir la noción del matrimonio (ampliándola a parejas del mismo sexo) no representa la voluntad de la sociedad civil, que siempre ha defendido a través de siglos la riqueza y el valor de la unión de un hombre y una mujer.

20/01/10 8:35 AM | Imprimir | Enviar

(ACI/InfoCatólica) El representante de los Caballeros de Colón se dirigió especialmente al jefe de gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, y recordó que "los gobiernos, reconociendo las bondades de la unión de una mujer y un hombre, legislan para describirlos y protegerlos en la institución del matrimonio, por ello es incongruente modificar dicha institución cuya función se basa en la unión entre una mujer y un hombre, que a su vez se complementan y enriquecen en conjunto la educación de los hijos".

Ante las críticas que sufren las organizaciones religiosas por su defensa al matrimonio, Guevara sostuvo que "el que las personas, con base en sus creencias religiosas, se manifiesten en contra de la redefinición de matrimonio es un pleno ejercicio de su libertad de pensamiento y acción garantizados en el primer artículo constitucional; y al defender la institución del matrimonio no se atenta contra los derechos de las personas".

"Nos preocupa que la Asamblea Legislativa del DF no solo no legisla sobre temas prioritarios para la sociedad, como la salud, la seguridad, educación, pobreza; sino que actualmente observamos que se ignoran instituciones fundamentales como el matrimonio, institución natural y jurídica que los mexicanos reconocemos como base de la sociedad y su pleno desarrollo", concluyó Guevara.

19/1/10

Posible Milagro de PIO XII

REGRESIÓN INEXPLICABLE DE UN CÁNCER

El Vaticano está investigando un posible milagro acontecido por la intercesión de Pío XII

El portal Papanews.it, después de haber efectuado una serie de comprobaciones, acaba de dar como exclusiva mundial que el Vaticano se está ocupando de un presunto milagro ocurrido hace pocas semanas atribuido a la intercesión de Pio XII. Una persona del pueblo de Castellamare di Stabia se habría curado prodigiosamente de un mal incurable después de haber rezado al Papa Pacelli, todo ello ante el estupor de los médicos que han constatado que se ha producido una regresión del cáncer que le afectaba, sin saber ni poder dar una explicación científica. La persona en cuestión cogió papel y lápiz y escribió a la Santa Sede explicando lo que le había ocurrido y adjuntando la documentación clínica.

18/01/10 7:44 PM | Imprimir | Enviar

(Gianluca Barile/Miguel Vinuesa/Papanews/InfoCatólica) Considerada la fiabilidad del testimonio recibido, el Vaticano ha pedido inmediatamente al Arzobispo de Sorrento-Castellamare di Stabia, Monseñor Felice Cece, que pida al Tribunal diocesano que convoque a la persona interesada, para oír su versión de los hechos, establecer una primera evaluación y enviar el dossier a la Congregación para la Causa de los Santos.

Será este último organismo, efectivamente, a través del estudio teológico y médico-científico de la documentación, el que establezca si la curación que esta persona atribuye a Pio XIII ha sido sobrenatural o no. Si se considera que ha habido milagro, el Papa deberá inscribir al ‘Pastor Angelicus’ en el registro de los Beatos; para la canonización, se debe producir otro milagro.

Por el momento, no se sabe si el protagonista de este asunto es hombre o mujer, pero se sabe que el mal prodigiosamente desaparecido sería un cancer. Estos hechos son ya del conocimiento del relator de la Causa de beatificación, el Jesuita Padre Peter Gumpel. La noticia del presunto milagro llega casi un mes después de la aprobación de las virtudes heroicas de Papa Pacelli por parte de Benedicto XVI y ha sido confirmada por el vicario general de la Diócesis de Sorrento-Castellamare di Stabia.