Preparan un dossier sobre la asignatura
Profesionales por la Ética solicita entrevistarse con el nuevo ministro de Educación para pedirle el fin de EpC
Ayer tomó posesión el nuevo Gobierno presidido por 
Mariano Rajoy. Entre los nombrados se encuentra José Ignacio Wert, 
ministro de Educación, Cultura y Deporte. En su mesa se encuentra una 
agenda repleta de temas y, desde hoy mismo, un recordatorio: cumplir el 
compromiso asumido por el Partido Popular en su programa de poner fin al
 conjunto de asignaturas de Educación para la Ciudadanía (EpC), que se 
imparte (con diferentes nombres) desde Primaria hasta Bachillerato.
(PpE) “Se trata”, explica Jaime Urcelay, presidente de Profesionales por la Ética, “de explicarle porqué EpC constituye una grave anomalía educativa
 a la que el nuevo Gobierno debe poner fin cuanto antes. Es una anomalía
 porque implica la pretensión del Estado de sustituir a los padres en la
 formación de la conciencia de sus hijos. Porque supone una invasión por el poder político de la intimidad de los alumnos y sus familias.
 Porque violenta la libertad y la responsabilidad de cada persona de 
buscar y descubrir por si misma la verdad y lo que es justo al 
imponernos una moral pública común definida unilateralmente desde el 
Gobierno de turno”.
Profesionales por la Ética prepara un amplio dossier en el que expone
 al ministro la inconstitucionalidad de este conjunto de asignaturas así
 como la reacción de numerosos padres que presentaron objeción de 
conciencia (55 000) para que sus hijos no las cursaran. “En términos 
judiciales”, explica Urcelay, “EpC ha dado lugar a cerca de 3 000 demandas en los tribunales españoles.
 En la actualidad son 400 los españoles que esperan sentencia del 
Tribunal de Estrasburgo en una demanda contra el Estado por vulneración 
de sus derechos como objetores”. Todo ello sin contar 
las denuncias de EpC en un total de nueve foros internacionales (OSCE, 
Naciones Unidas, Consejo de Europa, Parlamento Europeo…).
Según Urcelay, además de pedirle al ministro el final de este largo 
conflicto, que se remonta al año 2006, Profesionales por la Ética quiere tratar con él la situación académica de los alumnos objetores que
 actualmente no entran en clase y que, según estimaciones de esta 
asociación, ascienden a un millar en toda España, sin contar con los que
 fueron objetores en cursos pasados y todavía no han acabado sus 
estudios.
“Por último”, explica Urcelay, “nos pondremos a disposición del Gobierno para prestarle la ayuda necesaria con el objetivo de evitar, en el futuro, otros experimentos de adoctrinamiento
 educativo estatal que contravienen los derechos fundamentales de padres
 y alumnos reconocidos por la Constitución Española y la normativa 
internacional”.
 
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