El Papa imparte la bendición Urbi et Orbi
«Ven a salvarnos, Señor Dios nuestro»
«Cristo nos ha nacido. Gloria a Dios en el cielo, y
 paz a los hombres que él ama». Con estas palabras el Papa Benedicto 
XVI, este mediodía, desde el balcón central de la Basílica Vaticana, 
inició su mensaje de Navidad, para Roma y el mundo donde puso de relieve
 el clamor de una humanidad que ante las dificultades y peligros 
necesita la mano de Dios, para salir del pecado, pide la fuerza de la 
verdad y del amor para salvarnos del mal. Un mal que se traduce en 
orgullo presuntuoso, ese que compite con Dios para ocupar su puesto y 
decidir sobre el bien y el mal. Un mal que nuevamente se traduce en 
violencia y conflicto entre los pueblos.
(RV) El Papa pidió en su mensaje la reanudación del 
diálogo entre israelíes y palestinos, el fin de la violencia en Siria, 
la edificación del bien común en los países norteafricanos y en todo el 
Oriente medio, la ayuda internacional para los países del Cuerno de 
África sometidos al hambre, la miseria y la Inseguridad. También invocó el auxilio del Señor
 por el consuelo a los golpeados por las calamidades naturales en 
Filipinas y Tailandia, por la estabilidad y reconciliación en Irak y 
Afganistán, por el diálogo y colaboración en Myanmar y por el respeto de
 la dignidad y los derechos de los ciudadanos en Sudan del Sur.
“Ven a salvarnos, Señor Dios nuestro”. Este es el clamor del hombre 
de todos los tiempos –afirmó Benedicto XVI- que siente no saber superar 
por sí solo las dificultades y peligros. Que necesita poner su mano en 
otra más grande y fuerte, una mano tendida hacia él desde lo alto. Cristo es la mano que Dios ha tendido a la humanidad.
 Hombres y mujeres que claman por una solidaridad tal, que no puede ser 
sólo humana, sino divina, el Dios amor que salva, que es verdad y camino
 de reconciliación, diálogo y colaboración.
“Volvamos la vista a la gruta de Belén –concluyó el Papa- el niño que contemplamos es nuestra salvación. Él ha traído al mundo un mensaje universal de reconciliación y de paz”.
Al concluir su mensaje de Navidad, como es tradición, el Papa expresó
 su deseo de una Feliz Navidad a todos en 75 idiomas. Por último, 
Benedicto XVI impartió su Bendición Urbi et Orbi, para Roma y el mundo.
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario