LA INFANCIA DE JESÚS NO ES UN MITO
En su nuevo libro Benedicto XVI recordará que Jesús nació y vivió en un lugar y tiempo concretos
En su nuevo libro «La infancia de Jesús», el Papa escribe que Jesús «pertenece a un tiempo perfectamente ubicable y a un ambiente geográfico exactamente indicado», que se abre a lo eterno y lo universal «en virtud de la Resurrección». Así, «en la pobreza del nacimiento de Jesús se traza la gran realidad, en la que se lleva a cabo, de forma misteriosa, la redención de los hombres».
(Agencias) El nuevo libro de Benedicto XVI “La infancia de Jesús”, anunciado por el Vaticano, fue presentado en Alemania en la Feria Internacional del Libro de Fráncfort. Será publicado en veinte idiomas, entre ellos español, y además alemán, inglés, italiano, polaco y portugués.
Un libro que demuestra la idea y en concreto el aporte de Benedicto XVI a la nueva evangelización, volviendo a proponer a los creyentes y no, el punto central de la fe católica que es el encuentro con Jesús, en particular con la infancia del niño Dios. Benedicto XVI indicó en el prefacio, firmado en Castel Gandolfo el 15 de agosto, que este libro no es la tercera parte de “Jesús de Nazaret”, sino una antesala de los dos últimos en los cuales ha abordado la vida, muerte y resurrección de Jesús.
“He intentado interpretar, dialogando con exegetas del pasado y del presente, lo que Mateo y Lucas cuentan al principio de sus Evangelios sobre la infancia de Jesús”, indicó el papa en este libro que como en los dos anteriores se proyecta como un bestseller.
“Me he preocupado –indica el papa- de dialogar en este sentido con los textos. Con ello estoy consciente de que este coloquio en el que se entrelazan el pasado, el presente y el futuro no podrá nunca cumplirse y que cada interpretación se queda atrás con respecto a la grandeza del texto bíblico. Espero que este pequeño libro, a pesar de sus límites, pueda ayudar a muchas personas en su camino hacia y con Jesús”.
Benedicto XVI se plantea preguntas: “¿Es verdad lo que cuentan los Evangelios? ¿Me afecta a mí? Y si me afecta, ¿de qué modo? Ante un texto como el texto bíblico, cuyo último y profundo autor, según la fe cristiana, es Dios mismo, la pregunta sobre la relación entre el pasado y el presente es parte ineludible de nuestra interpretación. Con ello, la seriedad de la investigación histórica no se disminuye, sino que aumenta”.
Historia y teología contradicen el mito
En los fragmentos adelantados, el santo padre indica: “Jesús nació en una época que se puede determinar con precisión. Al comienzo de la actividad pública de Jesús, Lucas ofrece una vez más una fecha detallada y cuidada del momento histórico: es el decimoquinto año del imperio de Tiberio César: además se menciona al gobernador romano y a los tetrarcas de Galilea, de Iturea y de Traconítide, como también de Abilene, y luego los jefes de los sacerdotes (cfr. Lc 3, 1 s). Jesús no nació y apareció en público en el impreciso ‘una vez’ del mito”.
“Él pertenece –escribe el papa- a un tiempo perfectamente ubicable y a un ambiente geográfico exactamente indicado: lo universal y lo concreto se tocan mutuamente. En Él, el Logos, la Razón creadora de todas las cosas, entró en el mundo. El Logos eterno se hizo hombre, y este forma parte el contexto de lugar y tiempo. La fe está relacionada con esta realidad concreta, aunque después, en virtud de la Resurrección, el espacio temporal y geográfico sea superado y el ‘preceder a Galilea’ (Mt 28, 7) por parte del Señor introduce en la vastedad abierta de toda la humanidad (cfr. Mt, 28,16ss)”.
Sobre el pesebre Benedicto XVI indica: “María envolvió al niño en paños. Sin ningún sentimentalismo, podemos imaginar con cuánto amor María fue al encuentro de su hora, habrá preparado el nacimiento de su Hijo. La tradición de los iconos, con base en la teología de los Padres, interpretó pesebre y pañales incluso teológicamente. El niño envuelto en los pañales se muestra como una anticipación de la hora de su muerte: Él, desde el inicio, es el Inmolado, como veremos con más detalle al reflexionar sobre la parábola del primogénito. Así, el pesebre aparecía representado como una especie de altar”.
“Agustín interpretó el significado del pesebre con un pensamiento que, en un primer momento, parece casi inconveniente –indica el papa- pero, examinado con mayor atención, contiene una profunda verdad. El pesebre es el lugar en el que los animales encuentran su alimento. Ahora bien, yace en el pesebre Aquel que se indicó como el verdadero pan del cielo –como el verdadero alimento que necesita el hombre para ser persona humana. Es el alimento que dona al hombre la vida verdadera, la vida eterna. De esta manera, el pesebre se convierte en un reenvío a la mesa de Dios, a la que el hombre está invitado para recibir el pan de Dios. En la pobreza del nacimiento de Jesús se traza la gran realidad, en la que se lleva a cabo, de forma misteriosa, la redención de los hombres”.
El libro en español
“La infancia de Jesús” saldrá a la venta en noviembre en España, según confirmó la editorial Planeta, que lo distribuirá en España. La obra, de la que el Vaticano adelantó ayer un pequeño extracto, es una “antesala” de los dos precedentes volúmenes sobre la vida, muerte y resurrección de Cristo. El libro es una de las ‘estrellas’ del stand del la Ciudad del Vaticano en Fráncfort, muestra de libros internacional, obligada para editoriales y libreros, si quieren estar al día de lo que se cuece en Europa. En el stand de 80 metros cuadrados del Vaticano, se exhiben la Librería Editorial Vaticana, los Museos Vaticanos, la Biblioteca Apostólica Vaticana y la editorial de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos (USCCB).
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