26/7/11

La Archidiócesis de México cree que la Iglesia es corresponsable en la aparición de siete millones de «ninis»

Jóvenes que ni estudian ni trabajan

La Archidiócesis de México cree que la Iglesia es corresponsable en la aparición de siete millones de «ninis»

La Ar­chidió­ce­sis de Mé­xi­co re­co­no­ció en su semanario «Desde la fe» la co­rres­pon­sa­bi­li­dad de la Igle­sia Ca­tó­li­ca en la ge­ne­ra­ción de los sie­te mi­llo­nes de «ni­nis» en el país, al no en­con­trar la fór­mu­la pa­ra acer­car a los jó­ve­nes a los am­bien­tes de la fe y los va­lo­res cris­tia­nos; además denunció que sal­vo los go­bier­nos de seis es­ta­dos de la Re­pú­bli­ca, el res­to in­clu­yen­do al fe­de­ral, no tie­nen ca­pa­ci­dad en sus sis­te­mas edu­ca­ti­vos y eco­nó­mi­cos pa­ra aten­der esa si­tua­ción.

25/07/11 7:59 AM | Imprimir | Enviar

(La Prensa) Desde la sede primada de México se afir­ma que an­te la fal­ta de opor­tu­ni­da­des de em­pleo bien re­mu­ne­ra­do, el cri­men or­ga­ni­za­do ha per­fec­cio­na­do sus re­des pa­ra cap­tar el po­ten­cial de esos mi­llones de jó­ve­nes a pe­sar que con ello po­nen en ries­go su vi­da, mien­tras las po­lí­ti­cas pú­bli­cas "duer­men el sue­ño de los jus­tos" en lu­gar de res­ca­tar­los y pro­mo­ver­los, co­mo afir­man sus in­con­ce­bi­bles dis­cur­sos.

En el edi­to­rial "Des­de la fe", su ór­ga­no ofi­cial de di­fu­sión, la Ar­chi­dió­ce­sis de Mé­xi­co ase­gu­ra que es la incapaci­dad de los tres ni­ve­les de go­bier­no lo que pro­vo­ca ese sis­te­ma de ocio en que es­tán su­mi­dos los jóvenes y que es fá­cil en­tra­da al mun­do de los vi­cios y la de­lin­cuen­cia "que ofre­ce di­ne­ro a ma­nos lle­nas".

Se­gún el medio católico, las ci­fras son alar­man­tes, pues "el 80 por cien­to de las cár­ce­les es­tán ocu­pa­das por jó­ve­nes en­tre los 20 y los 35 años, y en­tre las víc­ti­mas de de­li­tos vio­len­tos, nue­ve de ca­da diez son jó­ve­nes".

Re­co­no­ce que al­gu­nos go­bier­nos ofre­cen be­cas a los jó­ve­nes que es­tu­dian, sin em­bar­go, no hay pro­gra­mas de apo­yo pa­ra quie­nes no tie­nen ca­bi­da en las pre­pa­ra­to­rias y es­cue­las pro­fe­sio­na­les y que tam­po­co tie­nen opor­tu­ni­dad de in­gre­sar al mun­do la­bo­ral.

"Las po­lí­ti­cas pú­bli­cas no es­tán orien­ta­das a so­lu­cio­nar es­te pro­ble­ma so­cial", la­men­ta aun­que re­co­no­ce es­fuer­zos en ese sen­ti­do en los es­ta­dos de Chi­hua­hua, Ba­ja Ca­li­for­nia, Tlax­ca­la, Gue­rre­ro e Hi­dal­go, le­jos de lo que adu­cen los go­bier­nos "ca­rac­te­ri­za­dos por su po­pu­lis­mo ram­pan­te" y que na­da ha­cen.

Al con­tra­rio, "preo­cu­pa que con sus ac­cio­nes po­lí­ti­cas pro­mue­ven la irres­pon­sa­bi­li­dad de los ado­les­cen­tes, la fal­ta de res­pe­to a la vi­da y las le­yes que aten­tan con­tra la fa­mi­lia; só­lo pro­pi­cian un ma­yor de­te­rio­ro del te­ji­do so­cial", ase­gu­ró en su es­cri­to en que con­si­de­ra que los jó­ve­nes son las pri­me­ras víc­ti­mas de esa for­ma de go­bier­no.

Sin em­bar­go, la je­rar­quía ca­tó­li­ca re­co­no­ce que no to­da la cul­pa es de los go­bier­nos, pues tam­bién la Igle­sia Ca­tó­li­ca ha si­do in­ca­paz de acer­car a los jó­ve­nes a la fe y adap­tar­se a la di­fí­cil ac­ti­vi­dad de evan­ge­li­zar­los.

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