Entrevista publicada en «La Repubblica»
El papa Francisco ha concedido una nueva
entrevista, en esta ocasión a Eugenio Scalfari, cofundador del periódico
italiano «La Repubblica». El Santo Padre asegura que «los males más
graves que afligen al mundo en estos años son el desempleo de los
jóvenes y la soledad en la que son abandonados los viejos. Los viejos
necesitan cuidado y compañía; los jóvenes, trabajo y esperanza; pero no
tienen ni lo uno ni lo otro, y el problema es que ya ni lo buscan. Han
sido atrapados en el presente»
(InfoCatólica) El Papa explica que las misiones católicas tienen como finalidad «individualizar las necesidades materiales e inmateriales de las personas y tratar de satisfacerlas como podamos», lo cual es diferente del proselitismo: «Es el amor por los otros, como nuestro Señor ha predicado. No es proselitismo, es amor. Amor por el prójimo, fermento que sirve al bien común».
El Santo Padre asegura que «el ágape, el amor de cada uno de nosotros hacia todos los demás, desde el más cercano al más alejado, es el único modo que Jesús nos ha indicado para encontrar el camino de la salvación y de las Bienaventuranzas».
El Papa cree que ese peligro ha afectado a la Iglesia: «Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, adulados y malamente jaleados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado». Preguntado si con lo de la corte se refiere a la Curia, el Papa responde: «No. En la Curia hay a veces cortesanos, pero la Curia en su complejidad es otra cosa. Es lo que en el ejército se llama intendencia, gestiona los servicios que se necesitan en la Santa Sede».
En concreto, explica sobre la reforma de la Curia: «Soy el Obispo de Roma y el Papa del catolicismo. He decidido como primer paso nombrar un grupo de ocho cardenales que me aconsejen. No cortesanos, sino personas sabias y que tengan los mismos sentimientos que yo». Con ello busca una organización eclesial con dimensiones tanto verticales como horizontales y asegurar que la Santa Sede esté al servicio de la Iglesia.
En relación con San Francisco de Asís, el Pontífice resalta que fundó «una orden mendicante e itinerante. Misioneros que buscaban encontrarse, escuchar, dialogar, ayudar y difundir la fe y el amor. Sobre todo el amor». Aunque han pasado ocho siglos desde entonces, «el ideal de una Iglesia misionera y pobre sigue siendo válido. Esa es la Iglesia que predicaron Jesús y sus discípulos».
Al mencionar el alma, el periodista dijo que él no creía en el alma, y el Papa le respondió: «No crees en ella, pero la tienes». Al final de la entrevista, envió su bendición a los familiares del periodista, rogando que rezaran por él.
Enlace a la entrevista completa en italiano
El Santo Padre asegura que «el ágape, el amor de cada uno de nosotros hacia todos los demás, desde el más cercano al más alejado, es el único modo que Jesús nos ha indicado para encontrar el camino de la salvación y de las Bienaventuranzas».
El peligro del narcisismo
El papa Francisco advierte contra el peligro del narcisismo, el cual «indica un amor desmedido hacia uno mismo y esto no está bien, puede producir daños graves no solo al alma de quien lo padece sino también en la relación con los otros, con la sociedad en la que vive. El verdadero problema es que los más afectados por esto –que, en realidad, es una especie de trastorno mental– son personas que tienen mucho poder. A menudo los jefes son narcisistas».El Papa cree que ese peligro ha afectado a la Iglesia: «Los jefes de la Iglesia a menudo han sido narcisistas, adulados y malamente jaleados por sus cortesanos. La corte es la lepra del papado». Preguntado si con lo de la corte se refiere a la Curia, el Papa responde: «No. En la Curia hay a veces cortesanos, pero la Curia en su complejidad es otra cosa. Es lo que en el ejército se llama intendencia, gestiona los servicios que se necesitan en la Santa Sede».
Reforma de la Curia
El mayor defecto de la Curia, según el papa Francisco, es que es «Vaticanocéntrica. Ve y se preocupa de los intereses del Vaticano, que son todavía, en gran parte, intereses temporales». «No comparto esta visión», afirma, «y haré todo lo posible por cambiarla». La Iglesia, en cambio, debe ser «una comunidad del pueblo de Dios, y los presbíteros, párrocos y obispos con cura de almas están al servicio del pueblo de Dios». También ha tenido duras palabras contra el clericalismo.En concreto, explica sobre la reforma de la Curia: «Soy el Obispo de Roma y el Papa del catolicismo. He decidido como primer paso nombrar un grupo de ocho cardenales que me aconsejen. No cortesanos, sino personas sabias y que tengan los mismos sentimientos que yo». Con ello busca una organización eclesial con dimensiones tanto verticales como horizontales y asegurar que la Santa Sede esté al servicio de la Iglesia.
Los santos favoritos del Papa
En un ámbito más personal, el Papa señala como sus santos favoritos a San Pablo, San Benito, Santo Tomás, San Francisco y San Agustín, especialmente estos últimos. También subrayó la cualidad de místico de San Ignacio de Loyola, algo esencial, porque «una religión sin mística es una filosofía». También relata que, al ser elegido Papa, antes de aceptar el nombramiento pidió retirarse unos minutos a una sala junto al balcón de la plaza. Durante ese tiempo, una gran luz le envolvió. Duró un instante, pero le pareció larguísimo. Después de esa experiencia, firmó el acta de aceptación.En relación con San Francisco de Asís, el Pontífice resalta que fundó «una orden mendicante e itinerante. Misioneros que buscaban encontrarse, escuchar, dialogar, ayudar y difundir la fe y el amor. Sobre todo el amor». Aunque han pasado ocho siglos desde entonces, «el ideal de una Iglesia misionera y pobre sigue siendo válido. Esa es la Iglesia que predicaron Jesús y sus discípulos».
No crees en el alma, pero la tienes
En el aspecto más entrañable de la entrevista, el Papa asegura al periodista que no tenía la intención de convertirlo, pero de hecho inició con él un diálogo, preguntándole en qué creía y por qué. El periodista afirmaba que era ateo y que creía en el «ser», a lo que el Papa respondió hablándole de la luz de Dios que brilla en todos los hombres.Al mencionar el alma, el periodista dijo que él no creía en el alma, y el Papa le respondió: «No crees en ella, pero la tienes». Al final de la entrevista, envió su bendición a los familiares del periodista, rogando que rezaran por él.
Enlace a la entrevista completa en italiano
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