Salvan a una joven de un rito esotérico en Buenos Aires
A las 9:20 AM, por Luis Santamaría
Una joven brasileña fue rescatada en momentos en que era sometida a un extraño rito esotérico por parte de otra chica de nacionalidad angoleña, con la que convivía en un departamento del barrio porteño de la Recoleta (Buenos Aires, Argentina), según informó el pasado 21 de junio personal de la Policía Federal Argentina. Lo cuenta el diario El Siglo.
De acuerdo con esta la información, los policías irrumpieron en el departamento en el que la muchacha brasileña, de 22 años de edad, se encontraba atada de pies y manos, y con signos de no haber ingerido alimentos por un tiempo prolongado, mientras que la otra joven profería gritos guturales en portugués, en medio de un macabro rito.
El procedimiento se realizó después de que una amiga de la chica brasileña, llamada Ludmila Silva Souza Oliveira, denunciara su desaparición desde hacía al menos diez días. “Soy dios y te voy a sacar el demonio del cuerpo”, gritaba la joven angoleña, llamada Marcia Almeida, de 25 años, en el momento en el que irrumpieron los policías el 11 de junio pasado, según la información dada a conocer por los uniformados.
El procedimiento se realizó en el departamento situado en Peña al 2000 que ambas jóvenes compartían y junto a la Policía se encontraba la amiga de Souza Oliveira, otra joven de la misma nacionalidad. Los policías se encontraron con la joven brasileña atada a una cama matrimonial, con sábanas rojas de seda, rodeada de velas encendidas, y velones sobre una cómoda. La brasileña estaba en delicado estado de salud por no haber ingerido ningún tipo de alimentos sólidos y sólo haber bebido escasa cantidad de líquidos en muchos días -se estima que al menos fueron cuatro días-, en un ambiente oscuro y con un aroma “rancio”.
Después de que los policías, que habían llegado de la comisaría Seccional Número 17, lograron controlar a la muchacha angoleña que parecía desaforada o poseída, la joven brasileña fue finalmente liberada y llevada al Hospital Fernández, cercano al lugar del hecho. En tanto, su compañera africana fue derivada al mismo centro asistencial, donde se le diagnosticó un cuadro severo de esquizofrenia (locura), por lo que no se descarta que pueda quedar internada en un psiquiátrico.
Ahora bien, la policía científica analiza la posibilidad de que ambas muchachas hayan ingerido algún tipo de droga que las pudo trastornar y de ahí todo lo acontecido en el departamento.
Si bien en un primer momento la joven angoleña había quedado a cargo de la jueza en lo CriminalMaría Rita Acosta, el caso después pasó al fuero civil de la Justicia Porteña, por el estado de salud mental presentado por la protagonista detenida.
Más detalles
Según explica Tiempo Argentino, la misteriosa desaparición de la chica comenzó a develarse el lunes 11, cuando efectivos de la Comisaría 17a llegaron al edificio de la calle Peña 2079, después de la denuncia de Davonara Barra, amiga de la víctima. Pero el ingreso al departamento “B” del segundo piso, donde Ludmila y Marcia vivían desde hacía tres meses, no fue fácil. Primero, los efectivos fueron rechazados por los vecinos porque no contaban con orden de allanamiento. Entonces, la Fiscalía 45 a cargo de Viviana Fein, ordenó ubicar a la propietaria del departamento.
Una suerte similar había tenido el día anterior un grupo de personas que se acercó al lugar también para dar con las chicas. “Dijeron que venían de una iglesia, aunque no especificaron a qué religión pertenecían, y que estaban preocupados porque no había señales de vida de ellas desde hacía más de una semana”, explicó una de las vecinas que decidió no permitirle el ingreso a los extraños. Para tranquilizar a los visitantes, esta mujer tocó varias veces el timbre del 2º B, pero nadie contestó. Sólo había silencio. Sin más, los religiosos se fueron.
Finalmente, alrededor de las 19,30 del lunes 11 de junio, con las llaves en la mano, los policías, Davonara Barra y la dueña, ingresaron a la vivienda y se encontraron con el escalofriante escenario: oscuridad, desorden, olor rancio y gritos guturales en portugués que invocaban al demonio. Los policías lograron dominar a la chica angoleña, liberar a Ludmila y de inmediato llamaron al SAME. Voceros de la investigación indicaron que la joven brasilera fue trasladada de urgencia al Hospital Fernández.
En tanto, la chica angoleña también fue derivada al mismo centro asistencial de Palermo acompañada de una consigna policial bajo un cuadro severo de esquizofrenia. Según pudo saber este diario, Ludmila fue asistida por el Centro de Orientación a la Víctima Sexual para establecer si existió abuso. Por el momento, las pericias preliminares descartaron un ataque de este tipo.
En un primer momento, la causa caratulada como privación ilegal de la libertad cayó en manos de María Rita Acosta, titular del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N° 28. Sin embargo, fuentes judiciales detallaron que el caso pasó al fuero civil debido a la modificación del Código Civil a partir de la aplicación de la nueva Ley de Salud Mental en donde se establece que “no podrá ser privado de su libertad el declarado incapaz por causa de enfermedad mental o adicciones, salvo en los casos de riesgo cierto e inminente para sí o para terceros”.
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