AL RECIBIR AL NUEVO EMBAJADOR ALEMÁN ANTE LA SANTA SEDE
El Papa pide detener la prostitución y la difusión de pornografía por internet
Benedicto XVI recibió hoy las credenciales del nuevo embajador de Alemania ante la Santa Sede, Reinhard Schweppe y recordó la reciente visita a su país natal. En su discurso el Papa ha asegurado que «ha llegado el momento de detener enérgicamente la prostitución, así como la vasta difusión de material de contenido erótico y pornográfico, también a través de Internet». Igualmente ha defendido el papel de la Iglesia en la defensa de los valores y derechos básicos de todo ser humano.
(VIS) "Muchos contemporáneos leen la influencia del cristianismo, y también de otras religiones, en la aportación a la sociedad de una determinada cultura y de una forma de vida", observó el Papa. "Esta concepción no es errada pero no ofrece una comprensión total de lo que es la Iglesia Católica (...) que tiene la certeza de haber formado no solamente comunidades culturales, de diversas formas y en diversos países, sino de haber sido formada, a su vez, también por las tradiciones de cada una de esas naciones".
La Iglesia "es consciente de conocer, a través de su fe, la verdad sobre el ser humano y de estar, en consecuencia, obligada a comprometerse en la defensa de los valores que son universalmente válidos, independientemente de las culturas", prosiguió el Santo Padre reconociendo que "afortunadamente una parte fundamental de esos valores humanos generales han pasado a ser derecho positivo en la Constitución alemana de 1949 y en la Declaración de los Derechos Humanos después de la Segunda Guerra Mundial (...) Hoy, sin embargo, algunos valores fundamentales de la existencia se vuelven a poner en discusión y son valores que defienden la dignidad del ser humano como tal. Es aquí donde la Iglesia reconoce el deber, más allá del ámbito de la fe, de defender en nuestra sociedad, la verdad y los valores que corren peligro".
"En este sentido, no somos nosotros los que podemos juzgar, por hablar de un argumento importante, si un individuo es ya persona o si es todavía persona y aún menos nos compete el derecho de manipular al ser humano o, por decirlo así, de "hacer al ser humano". Solo una sociedad que respete y defienda incondicionalmente la dignidad de cada persona, desde su concepción hasta la muerte natural puede llamarse humana (...) Si la Santa Sede opina sobre la legislación de cuestiones fundamentales relativas a la dignidad de la persona -como sucede hoy en muchos ámbitos de la existencia prenatal del ser humano- no lo hace para imponer indirectamente su fe a los demás, sino para defender valores que son evidentes para todos, en cuanto atañen al ser persona".
Contra la discriminación de la mujer
Seguidamente, Benedicto XVI se refirió a la discriminación de las mujeres a causa de su género, "un aspecto crítico que, a través de las tendencias materialistas y hedonistasparece extenderse sobre todo en los países del mundo occidental". El Pontífice subrayó que "una relación que no tenga en cuenta que el hombre y la mujer tienen la misma dignidad representa una grave falta contra la humanidad. Ha llegado el momento dedetener enérgicamente la prostitución, así como la vasta difusión de material de contenido erótico y pornográfico, también a través de Internet. La Santa Sede se comprometerá para que la necesaria intervención por parte de la Iglesia Católica en Alemania contra este tipo de abusos se realice de manera más clara y precisa".
Para terminar, el Papa agradeció al gobierno federal alemán y a los gobiernos de los Länder el apoyo que prestan a la labor de la Iglesia, "que tiene en Alemania óptimas posibilidades de acción", tanto para anunciar el Evangelio como para ayudar a las personas en dificultad a través de las instituciones sociales y caritativas "cuyo trabajo, en definitiva, beneficia a todos los ciudadanos".
1 comentario:
Si la Historia sigue transcurriendo lo suficiente, ‘nuestra ‘sociedad humana podrá ser definida en un futuro con el conocimiento de las actuales organizaciones criminales para la prostitución y la pornografía. Con lo que quede de Internet no van a faltar datos ni imágenes que incluyen el mayor abuso y desprecio contra la mujer. Serán evidencia de nuestra tolerancia con la tortura y explotación sexual de menores que no sean ‘de casa’, es decir con los asiáticos, africanos, o los que pertenezcan a los estratos más pobres de cualquier lugar. Pero aun en la pornografía “más legal”, simples observaciones antropométricas demostrarán la hipocresía de quienes dicen “con los chicos no”. No sorprenderá la falta de caridad- con infantes, menores y adultos- de quienes también toleramos el crimen organizado para el aborto y la droga y no nos oponemos sinceramente a las asociaciones para guerras de expoliación, ni a las oligarquías que están logrando controlar la natalidad. La misma ausencia de caridad en que incurrimos al permitir que se ‘legisle’ a favor de la corrupción de infantes y mayores legalizando aberraciones. Quizá este llamado de S.S. Benedicto XVI nos anticipe que ya hemos llegado al límite.
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