Aumenta el número de fieles
Mons. Barwa asegura que en Orissa crece y se fortalece la fe de los cristianos ante la persecución
En una entrevista concedida a la Agencia Fides, Mons. John Barwa, Arzobispo de la diócesis principal del estado de Orissa, en India, con más de 62 mil católicos, asegura que «la persecución de los cristianos existe, pero la fe crece y se fortalece y aumenta el número de los fieles». Añade que «no tenemos miedo; estamos dispuestos a decir siempre la verdad, a defender la dignidad de las personas y la libertad de religión», si bien «hoy en día en Orissa, como cristianos, nos sentimos abandonados por las instituciones».
(Fides/InfoCatólica) La Archidiócesis de Cuttack-Bhubaneswar incluye el distrito de Kandhamal, escenario en 2008 de las masacres contra los cristianos que se cobraron más de 100 muertos y 56.000 desplazados internos. El Arzobispo, en el Vaticano para la visita ad limina Apostolorum, explica a la Agencia Fides las razones y las raíces de la violencia anti-cristiana.
–Excelencia, ¿como es actualmente la situación de los cristianos en Orissa?
La persecución existe, nos enfrentamos a muchos retos y no faltan las preocupaciones. Pero creemos que la persecución es parte de nuestra vocación cristiana y de la vida cristiana. No tenemos miedo, pero lo vivimos como una bendición de Dios. Sabemos que donde hay persecución, la fe se fortalece, y hoy me siento orgulloso de decir que la fe de mis fieles se está fortaleciendo. La sangre derramada por la fe en Cristo siempre es semilla de nuevos cristianos; en Orissa el número de nuevos cristianos está aumentando.
–¿Puede describirnos los episodios de violencia que se producen hoy en día?
Hay que decir que las masacres como las del 2008 actualmente no se producen. Pero los cristianos están aterrados y no pueden regresar a sus hogares. Hay una sutil forma de opresión e intimidación ejercida abiertamente por los grupos extremistas hindúes. A menudo sucede en los pueblos rurales, donde las continuas amenazas y la violencia a menudo llegan a la crónica nacional, como el último caso de una joven cristiana violada y asesinada. En la base hay odio y hostilidad contra los cristianos que dan lugar a la discriminación por parte de sectores de la sociedad y también de las instituciones.
–¿Existe confianza en la justicia, en la policía y en las autoridades civiles?
Orissa es una prueba para el respeto y el funcionamiento de la justicia en la India. Podemos ver ejemplos dolorosos en los que los cristianos son tratados como ciudadanos de segunda clase y luchan por conseguir justicia. Por ejemplo, en el caso de sor Meena Barwa, la religiosa católica violentada en 2008, los responsables fueron puestos en libertad bajo fianza.
La reacción y los resultados de los procesos en curso, después de las masacres de 2008, será una prueba evidente para ver si en la nación la gente realmente puede confiar en la justicia y si todos son iguales ante la ley. ¿Y cómo confiar en la policía, que fue testigo de la violación de la hermana Meena y de otras matanzas sin detener a los agresores? La policía no nos han protegido y no nos defiende. Como cristianos, en este momento, nos sentimos abandonados por las instituciones.
–Esto es muy grave en una democracia...
Lo es, pero los hechos son estos. Hoy en día no nos sentimos lo suficientemente seguros y protegidos. Por otra parte, al menos hasta ahora, no hemos recibido justicia por la violencia sufrida.
–¿Cuántos son los grupos extremistas hindúes y por qué son tan fuertes en Orissa?
No puedo dar cifras, pero los movimientos radicales hindúes en la zona son bien conocidos, el Vishwa Hindu Parishad (VHP) y otros, cegados por el fundamentalismo. Son pocos en comparación con la mayoría de los fieles hindúes que son pacíficos y moderados. Pero esos pocos siguen incitando a la violencia y al odio contra los cristianos y manipulando a la gente.
–¿Por qué los cristianos son el blanco favorito?
Por una serie de factores sociales, políticos y religiosos. La comunidad cristiana en Orissa se compone en gran parte de tribus y dalit. Para la evangelización de las tribus no hay problemas. Los dalits, sin embargo, son considerados parte de la sociedad hindú: son las castas más bajas que deben servir a las superiores. Los cristianos trabajan para promover el desarrollo humano, económico y social de los dalit, defienden su dignidad y estos, a menudo, piden abrazar la fe cristiana.
Esto desencadena la reacción de los radicales hindúes. También ocurre que los dalits, liberados del yugo y de la ideología de la casta, abren actividades económicas y comerciales, y esto crea competencia a nivel económico: otra de las razones de insatisfacción. Este es el terreno en el que florecen el extremismo y la violencia. Además existen otras razones políticas: los cristianos no sostienen a los partidos nacionalistas hindúes en el poder (como el Baratiya Janata Party, BJP), y por lo tanto los dirigentes políticos no quieren que la comunidad se expanda y tenga más peso.
–¿Cuál es su enfoque pastoral en este contexto tan difícil?
El de tejer relaciones de diálogo a todos los niveles: con la gente común, con las otras comunidades cristianas, con los líderes religiosos hindúes, con las autoridades civiles, con los jefes de policía, para unir a todas las personas de buena voluntad. El lema que he elegido para mi ministerio episcopal es "Venga tu reino"; creo que este estilo pastoral puede servir para construir el Reino de Dios en esta parte de la India.
–¿Qué ha significado para usted el encuentro con el Papa?
El Papa nos ha alentado a nosotros los Obispos y nos ha dado las gracias por el apoyo que damos a nuestra gente. Nos ha recordado nuestra responsabilidad como Pastores, invitándonos a fortalecer la fe y defender la dignidad de cada persona. Después de este encuentro, mi corazón está lleno de gratitud a Dios. Ha sido una gracia venir al aquí, al Vaticano, para encontrar el Santo Padre, recibir sus palabras de aliento y de consuelo y su bendición.
–El Papa ha subrayado la libertad de religión y la protección de los derechos humanos...
Ese pasaje del discurso del Papa he sentido que estaba dirigido directamente a mí y a la situación que vivimos en Orissa. Me siento llamado a proclamar, sin miedo, la verdad sobre la dignidad humana, sobre la libertad de fe, sobre el respeto de los derechos humanos que a menudo son pisoteados en Orissa.
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