La Iglesia renuncia a la fusión de sus tres cajas
Martes, 9 de junio 2009
Cuenta Marcos Celada en Capital Madrid que Cajasur, la Caja de Ahorros de la Inmaculada (CAI) y Cajacírculo, las tres cajas de ahorros con mayoría de consejeros nombrados por la Iglesia Católica, han renunciado a proponer un proyecto de fusión a los tres gobiernos autonómicos en los que desarrollan su actividad.
Además de ver dificultades políticas, los tipos de negocio de cada una son completamente diferentes y ninguna quiere pagar los platos rotos de sus colegas. Aunque a una parte de la jerarquía eclesiástica le gustaría una fusión de las tres entidades para crear la que sería la novena caja de ahorros de España por tamaño, sus presidentes no lo tienen tan claro. Cajasur, presidida por el sacerdote Santiago Gómez Sierra, ha recibido en los últimos años varios avisos del Banco de España y hasta dos sanciones conocidas por su alta concentración de riesgos en el sector inmobiliario y más concretamente entre los promotores y los constructores.
A pesar de ello, Gómez Sierra se ha negado en reiteradas ocasiones a formar parte de cualquier proyecto que suponga su absorción o fusión con otras cajas de Andalucía. Cualquier operación de este tipo deslazaría a la Iglesia del mando.
Sus dos cajas hermanas, la CAI aragonesa y la Cajacírculo burgalesa tienen negocios bastante distantes. En el caso de CAI, aparte de su clientela de particulares, su negocio con empresas lo ha enfocado más hacia el sector industrial y de servicios. Cajacírculo dedica mayor esfuerzo a la financiación de agricultores y pequeñas empresas de Castilla y León. Los presidentes de ambas entidades, José Ignacio Mijangos en Cajacírculo y Antonio Aznar en CAI han rechazado también cualquier tipo de fusión con otras entidades financieras, incluidas las de sus propias comunidades autónomas. En el caso de Aznar, se ha opuesto frontalmente a una unión con Ibercaja y Mijangos ha dejado claro su rechazo a entrar en cualquier operación de fusión de las cajas de ahorros castellano leonesas, por mucho que el gobierno autonómico lo impulse.
Tras la intervención de la Caja de Castilla-La Mancha y los avisos del Banco de España y del Ministerio de Economía, la jerarquía de la Iglesia Católica española ha decidido no alimentar en sus cajas la posibilidad de una fusión, porque la operación podría acabar con más daños que beneficios. La unión de esas tres entidades debería ser aprobada por los consejos de gobierno de las comunidades autónomas afectadas: Andalucía, gobernada por el PSOE; Aragón, con un Gobierno de coalición entre PSOE y Partido Aragonés Regionalista (PAR); y Castilla y León, cuyo gobierno es del PP con mayoría absoluta.
El desacuerdo entre los tres gobiernos es más que previsible, pero el anuncio público de la búsqueda de una fusión podría dañar la imagen e incluso la solvencia de las tres cajas que podrían verse abocadas a fusiones más traumáticas y no queridas de antemano por sus directivos. La fórmula que baraja en estos momentos la jerarquía de la Iglesia es la fusión de Cajasur con alguna otra caja andaluza. Casi dan por seguro que será Unicaja y lo que sí tienen absolutamente claro es que esa entidad andaluza, fundada a mediados del siglo XIX por el Cabildo Catedralicio de Córdoba dejará de estar en la órbita de la Iglesia.
A cambio, la jerarquía católica cree posible conservar las otras dos cajas de ahorros en Aragón y Burgos, puesto que sus negocios están mucho más saneados que los de su hermana andaluza. El Gobierno no quiere irse de vacaciones este verano sin un plan más o menos concreto de posibles fusiones de cajas y tampoco va a presionar para que sólo queden una o dos por comunidad autónoma. Es posible que la Iglesia pueda mantener sus marcas aragonesa y burgalesa, aunque es bastante improbable que incluso estas dos se unan entre sí, aunque sus negocios y sus ámbitos geográficos son complementarios. El Gobierno no quiere pulsos con la Iglesia y a ésta tampoco le interesa en estos momentos poner en apuros a los ejecutivos autonómicos de Aragón y Castilla y León.
A pesar de ello, Gómez Sierra se ha negado en reiteradas ocasiones a formar parte de cualquier proyecto que suponga su absorción o fusión con otras cajas de Andalucía. Cualquier operación de este tipo deslazaría a la Iglesia del mando.
Sus dos cajas hermanas, la CAI aragonesa y la Cajacírculo burgalesa tienen negocios bastante distantes. En el caso de CAI, aparte de su clientela de particulares, su negocio con empresas lo ha enfocado más hacia el sector industrial y de servicios. Cajacírculo dedica mayor esfuerzo a la financiación de agricultores y pequeñas empresas de Castilla y León. Los presidentes de ambas entidades, José Ignacio Mijangos en Cajacírculo y Antonio Aznar en CAI han rechazado también cualquier tipo de fusión con otras entidades financieras, incluidas las de sus propias comunidades autónomas. En el caso de Aznar, se ha opuesto frontalmente a una unión con Ibercaja y Mijangos ha dejado claro su rechazo a entrar en cualquier operación de fusión de las cajas de ahorros castellano leonesas, por mucho que el gobierno autonómico lo impulse.
Tras la intervención de la Caja de Castilla-La Mancha y los avisos del Banco de España y del Ministerio de Economía, la jerarquía de la Iglesia Católica española ha decidido no alimentar en sus cajas la posibilidad de una fusión, porque la operación podría acabar con más daños que beneficios. La unión de esas tres entidades debería ser aprobada por los consejos de gobierno de las comunidades autónomas afectadas: Andalucía, gobernada por el PSOE; Aragón, con un Gobierno de coalición entre PSOE y Partido Aragonés Regionalista (PAR); y Castilla y León, cuyo gobierno es del PP con mayoría absoluta.
El desacuerdo entre los tres gobiernos es más que previsible, pero el anuncio público de la búsqueda de una fusión podría dañar la imagen e incluso la solvencia de las tres cajas que podrían verse abocadas a fusiones más traumáticas y no queridas de antemano por sus directivos. La fórmula que baraja en estos momentos la jerarquía de la Iglesia es la fusión de Cajasur con alguna otra caja andaluza. Casi dan por seguro que será Unicaja y lo que sí tienen absolutamente claro es que esa entidad andaluza, fundada a mediados del siglo XIX por el Cabildo Catedralicio de Córdoba dejará de estar en la órbita de la Iglesia.
A cambio, la jerarquía católica cree posible conservar las otras dos cajas de ahorros en Aragón y Burgos, puesto que sus negocios están mucho más saneados que los de su hermana andaluza. El Gobierno no quiere irse de vacaciones este verano sin un plan más o menos concreto de posibles fusiones de cajas y tampoco va a presionar para que sólo queden una o dos por comunidad autónoma. Es posible que la Iglesia pueda mantener sus marcas aragonesa y burgalesa, aunque es bastante improbable que incluso estas dos se unan entre sí, aunque sus negocios y sus ámbitos geográficos son complementarios. El Gobierno no quiere pulsos con la Iglesia y a ésta tampoco le interesa en estos momentos poner en apuros a los ejecutivos autonómicos de Aragón y Castilla y León.
No hay comentarios:
Publicar un comentario