De las Siervas de María Ministras de los Enfermos
Beatifican en la Catedral de la Almudena a la religiosa María Catalina Irigoyen
María Catalina Irigoyen fue beatificada ayer en la catedral de La Almudena en la primera ceremonia de este tipo que se celebra en el templo madrileño. La ceremonia estuvo presidida por el Prefecto para la Congregación para las Causas de los Santos, el cardenal Ángelo Amato, enviado para la ocasión por el papa Benedicto XVI y concelebró el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco.
(Agencias/InfoCatólica) La ceremonia tuo lugar después de que el pasado mes de abril, Benedicto XVI aprobara el decreto que reconocía un milagro por intercesión de la religiosa.
Nacida en Pamplona en 1848, María Catalina Irigoyen Echegaray perteneció a la Congregación de las Siervas de María Ministras de los Enfermos de Madrid.
A la edad de 30 años conoció a las Siervas de María, y atraída por su carisma, decidió solicitar a la Fundadora Santa María Soledad Torres Acosta la admisión en la congregación para dedicar su vida a la asistencia de enfermos. Sor María Catalina visitó más de 400 casas de enfermos, sin contar las visitas que realizó en el tiempo de la epidemia de cólera.
Las familias admiraban su dedicación y entrega especialmente en las epidemias del cólera, la gripe y la viruela. En ocasiones, María Catalina encontraba solos a los enfermos, abandonados por sus familias para evitar contraer alguna de estas enfermedades.
Finalmente la Madre Alfonsa relató que "Sor María Catalina resistía sin miedo al contagio, atendiendo incansable a los afectados, dedicándoles su tiempo, su vida y hasta el sustento que desde Chamberí le hacían llegar. Dicen que era tan conocida esta su dedicación y su saber cuidar a los enfermos, que en las cabeceras de algunas habitaciones se podía leer el letrero: ‘si enfermo que me cuide Sor María Catalina’".
En los últimos años de su vida la nueva Beata padeció una enfermedad de los huesos que la obligó a someterse a complicadas operaciones y a afrontar serios dolores que sobrellevó con serenidad y abandono en las manos de Dios. El 10 de octubre de 1918 María Catalina murió en la Casa Madre de las Siervas de María en Chamberí, Madrid, donde reposan sus restos mortales.
Aprobado milagro de un enfermo en Bolivia
La Comisión para la Causa de la Beatificación y Canonización de la religiosa se constituyó en 1962 y el 15 de febrero de 2011 se aprobó como milagro una curación a un enfermo en Bolivia.
Según explicó la postuladora de la causa, la religiosa Julia Castillo, Irigoyen “se dedicó incansable al servicio de los enfermos y de las familias en unos tiempos muy difíciles en el campo sanitario por las continuas epidemias que asolaban España”.
En la primera beatificación que se celebra en la archidiócesis madrileña, el cardenal Rouco ha invitado a “dar gracias a Dios por esta nueva Beata, muy madrileña”, que “pasó sus últimos 37 años de vida en Madrid en la congregación de las Siervas de María, ministras de los enfermos para dedicarse a la atención de ellos en sus propios domicilios”.
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