(DOP/InfoCatólica) La Intendencia Metropolitana, en conjunto con Carabineros, estimó en más de cincuenta mil los asistentes a la marcha realizada el sábado 15 de octubre a mediodía.
En las inmediaciones de Plaza Italia se empezaron a congregar los fieles entorno a lienzos y símbolos que identificaban a sus comunidades, mientras las batucadas y las bandas escolares aportaban ritmo a la marcha. Durante el trayecto rezos y gritos alusivos a la Virgen María y Jesucristo animaban a los caminantes. También personas en zancos vestidas de ángeles y agrupaciones de bailes religiosos se dieron cita en el centro de Santiago para mostrar festivamente su fe.
Al llegar al frontis de la centenaria Iglesia San Francisco, cantantes católicos como Romina González, Tere Larraín y los Hermanos Valdivia amenizaban la jornada con su música. Pasadas las 14 horas Ronald Bown, organizador de la exitosa marcha, se dirigió a los asistentes, les agradeció su presencia y presentó al Arzobispo de Santiago, Mons. Ricardo Ezzati, quien fue recibido entre fervorosos aplausos. Junto con él subieron al escenario Mons. Cristián Contreras Villarroel, Obispo Auxiliar de Santiago, Mons. Héctor Gallardo, Vicario General de Pastoral y el cardenal Francisco Javier Errázuriz.
"Queridos amigos: Con una alegría muy grande en el corazón los saludo a todos y todas y agradezco que un grupo de jóvenes haya tenido la iniciativa de convocarlos a este encuentro que quiere manifestar lo que hay en el corazón de cada católico: la alegría de sentir que Jesús está con nosotros y Él es nuestro pastor”, dijo al comienzo el Arzobispo. Añadió: “Los obispos reunidos en Aparecida nos han dicho que el gozo más grande que tenemos los católicos es haber encontrado a Jesucristo y que la alegría más grande es poder comunicarlo a los demás. Ustedes son testigos de que haber encontrado a Jesucristo llena el corazón de felicidad y yo quisiera invitarlos a ser misioneros para anunciarlo a todas las personas de nuestra ciudad”.
Luego monseñor Ricardo Ezzati dio lectura al saludo enviado por el cardenal Marc Ouellet, presidente de la Pontificia Comisión para América Latina, quien recordó que la misión es dar a conocer la verdad, la belleza y el bien “que experimentamos en nuestra vida gracias al don del encuentro con Jesucristo”, propuesto como un bien para nuestra nación. Lea carta completa aquí.
Al término de la lectura de este mensaje los asistentes comenzaron a aplaudir espontáneamente, manifestación que se hizo aún más fuerte cuando supieron que el Papa, mediante su Secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, había enviado el siguiente saludo: “Con ocasión de la marcha que bajo el lema, ‘La alegría de ser católico’, que ha promovido la juventud de esa Arquidiócesis de Santiago, el Sumo Pontífice Benedicto XVI saluda con afecto a sus organizadores y participantes, y les anima a que el gozo que nace de haber encontrado a Cristo se transforme en una fuerza misionera, que toque el corazón de los hombres, suscitando en ellos el deseo de descubrir a Dios y conducir una vida dichosa según su voluntad. Con estos sentimientos el Santo Padre pide al Señor, por intercesión de la Santísima Virgen del Carmen, que sostenga con su gracia a todos los jóvenes chilenos, acompañándoles en su vida cotidiana, a la vez que les imparte complacido la implorada bendición apostólica”. En el escenario y frente a los miles de asistentes monseñor Ricardo Ezzati, monseñor Cristián Contreras V. y el cardenal Francisco Javier Errázuriz impartieron la bendición a los asistentes y sus familias.
Razones para la alegría
“Los católicos tenemos que dejar de pasar desapercibidos y hacernos notar con fuerza y con mucha fe”, opina Sergio Aspillaga, de la parroquia San José de Melipilla. “Están pasando muchas cosas y pareciera que las creencias que nos trae la Iglesia Católica se nos están olvidando”, dice. “Es nuestro deber ponernos colorados, gritar y cantar por nuestra fe”. A su juicio “ser hijo de Dios es tener un Padre que perdona todo, que nos ayuda, que nos da alegría de vivir”. Agrega: “Mira toda la gente que hay acá y están todos felices. Vine con mi señora y mis tres hijos, sólo el perro y el gato se quedaron en la casa”, cuenta riendo.
“Estoy muy contento de pertenecer a la Iglesia Católica”, dice el Padre Alvaro Olivares fdp, director del Pequeño Cottolengo de Rancagua. “Vinimos con una veintena de niños discapacitados y en sillas de ruedas a adherir a la Iglesia Católica y a decir que estamos felices de ser hijos de Dios”. Agrega: “En mi caso el encuentro con Jesucristo produjo un antes y un después para mi vida, la fe le ha dado un sentido de trascendencia a mi historia”.
Daniela Isler, estudiante de trabajo social UC, sostiene que fue Dios quien la motivó a asistir a la marcha. Dios “me ha regalado a mis amigos, que los conocí por medio de Cristo; y a mi familia”. Indica que “tener a Jesús y a María en mí” ha hecho una diferencia en su vida. Valora la marcha porque “iniciativas como ésta son muy importantes y creo que son pocas. Se trata de mostrar que los católicos estamos presentes, creemos en Dios y eso nos da alegría”.
“Estoy acá porque quiero, junto con los demás católicos, mostrar a la sociedad que creemos en lo que predicamos” y que eso da alegría de vivir, cuenta María Ester Abarca, de la Parroquia Santa Marta. Agrega: “Estoy por el don de la fe, por la búsqueda sincera de la verdad y del bien para el ser humano”.
Valentina Freuser, de la Parroquia San Pedro y perteneciente al carisma del Camino Neocatecumenal se desplaza junto a su hijo, su marido y mostrando un embarazo de 4 meses. “Estamos acá para mostrar nuestra alegría y dar a conocer lo que pensamos: estamos a favor de la vida, del matrimonio”. Agrega: “Vinimos con nuestro hijo y con el que viene en camino, porque creemos que Chile está olvidando la vida y la familia, en especial con esto de la pastilla del día después y del aborto terapéutico. Eso no es la voluntad de Dios”.
“Estoy dichosa de ser bautizada y haberme consagrado a Dios en la Iglesia” asegura la Hermana María Eria Saldivia, de la Congregación de la Inmaculada Concepción. Manifiesta que con esta marcha “damos testimonio que hay Alguien más grande que nos está dando fuerza, que nos da ánimo y nos impulsa como país. Ser católica me ha dado la esperanza en la vida eterna y la libertad interior se sentirme hija amada del padre en toda circunstancia”.