Mons. César Franco: «Suplicamos la paz del corazón para perdonar»
Un millar de personas asiste a la Misa de desagravio por la profanación de Somosaguas
Alrededor de mil personas, entre ellos estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid y de otras universidades, así como profesores y familiares de los mismos, han asistido este viernes a la misa de desagravio, oficiada por el Obispo Auxiliar de Madrid, César Franco en la capilla del campus de Somosaguas, que fue profanada por un grupo de jóvenes.
(Agencias/InfoCatólica) La calma ha reinado entre los asistentes a la Eucaristía, que ha sido concelebrada por el Delegado de Pastoral Universitaria, por el Capellán del Campus y por otros capellanes. Tan sólo ha habido un incidente menor cuando unos estudiantes han insultado a unas chicas de la Universidad de Psicología.
En su homilía, el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. César Franco, ha defendido el derecho de libertad religiosa en España y ha insistido en que existen cauces para el debate y el diálogo, como por ejemplo los centros universitarios.
Así, Mons. Franco ha recalcado que precisamente la universidad es un “lugar propio” para la reflexión y el diálogo de estas cuestiones. A su juicio, resultan “incomprensibles” los actos “vandálicos” ocurridos en la capilla del Campus de Somosaguas que “han herido la sensibilidad religiosa”. Además, ha recalcado que estos jóvenes “no representan al conjunto de los estudiantes”. Por ello, ha apelado al rezo para evitar que situaciones como esta no vuelvan a suceder”.
El prelado ha apuntado que con esta celebración se quiere “reparar el mal cometido mediante la acción redentora de Cristo, que se ofrece para perdón de los pecados”. “Nuestra oración, unida a la suya se convierte en instrumento de paz y de concordia para el mundo”, ha dicho.
Conversión y perdón
Mons. Franco ha reconocido que “con sentimientos muy encontrados celebramos la eucaristía en este viernes de Cuaresma que nos invita a la conversión del corazón. Revivimos en primer lugar los sentimientos de indignación y repulsa por la profanación de esta capilla de nuestra querida Universidad. Al mismo tiempo, pedimos al Señor que convierta hacia sí el corazón de quienes lo hicieron y recapaciten sobre su conducta y actitudes blasfemas, que han herido hasta lo más hondo nuestras creencias religiosas. Al levantar nuestras manos al cielo suplicamos la paz del corazón para perdonar a los autores de estas graves ofensas contra Cristo y su Iglesia”.
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