Vandalismo y profanación en una parroquia de Asturias
«Las hostias estaban tiradas por el suelo»
«Fue un acto de vandalismo previsiblemente, y no
tanto un robo porque no se llevaron nada». Lo dijo ayer Juan Francisco
Carrio, párroco de Pruvia, Asturias, tras conocer los destrozos que
alguien provocó en el templo parroquial esta semana. Quienes entraron
provocaron un incendio, y el olor a quemado, que todavía continuaba
ayer, fue el que alertó del incidente. «El altar no quemó porque es de
piedra, pero sí lo hicieron la sabanilla que lo cubría y un libro»,
detalló el sacerdote, que se encuentra de viaje estos en Madrid.
(La Nueva España) También hubo más destrozos, como
los desperfectos de dos de las puertas del templo: la puerta de entrada a
la iglesia y otra que da un trastero.
Una vecina de la iglesia, Conchita González, relató ayer cómo se
enteró el pueblo del suceso. “La gente de Cáritas que se encontraba en
la casa rectoral notó olor a quemado y descubrió que provenía de la iglesia”.
Allí se encontraron con la puerta de entrada al templo forzada y cuando
entraron a la iglesia descubrieron todos los destrozos. “Habían prendido fuego en el altar y quemaron el libro de los Evangelios”,
narró la mujer, que no recuerda que la iglesia hubiera sufrido ni
siquiera un intento de robo en las últimas décadas. “Recuerdo que
forzaron una ventana hace más de treinta años, cuando entonces llegó don
Gil, el párroco anterior a José Ramón Álvarez, "Quico", fallecido hace
poco más de un año”.
Y añadió: “Las hostias estaban tiradas por el suelo,
así como los candelabros y otros objetos que había en el altar”, contó
la vecina, que tuvo que explicar lo sucedido a varios agentes de la
Guardia Civil que están investigando el caso. “Aún no saben si entraron
para robar o simplemente por hacer destrozos”, comenta José Fernández,
otro vecino indignado. Sin embargo, muchos son los que optan por pensar que se trató de un acto vandálico. Al parecer, los delincuentes también entraron en la sacristía y revolvieron varios cajones y puertas.
Una de las fechorías que más daño ha hecho a los vecinos de Pruvia es el destrozo que provocaron en la escultura de José Ramón Álvarez,
que los vecinos inauguraron hace poco más de dos meses con motivo del
aniversario de su muerte. Le rompieron las gafas, aunque ayer ya estaban
repuestas. “Todo está mal, pero eso es aún peor”, comentaron otras dos
vecinas que mostraron su repulsa al acto.
Los feligreses aprovecharon el martes de fiesta para limpiar toda la
iglesia e intentar recuperar la normalidad. Cambiaron la cerradura de la
puerta de entrada al templo y este mediodía celebrarán la misa con
motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción.
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